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El alcalde nacionalista de San Sebastián pide que se encargue a la policía autónoma del orden público en el País Vasco

El alcalde de San Sebastián, Ramón Labayen, ordenó en la tarde de ayer arriar de la fachada del Ayuntamiento la ikurriña y la bandera de la ciudad, una hora después de que un grupo de personas, entre ellas los concejales de Herri Batasuna, retiraran la bandera de España. Por otra parte, Labayen manifestó ayer que los enfrentamientos desarrollados la noche del domingo en esa ciudad demuestran la urgente necesidad de encargar a la policía autónoma vasca (Ertzaina) las funciones de orden público en la comunidad autónoma.

El grupo de seis personas -cuatro hombres y dos mujeres- entre ellas los tres concejales de Herri Batasuna, penetró a las 18.35 en el Ayuntamiento. Los guardias municipales que custodiaban la puerta del edificio les dieron paso franco, dada la presencia de los concejales entre los miembros del grupo.Las seis personas subieron a la dependencia que da acceso a las banderas, también vigilada por policías municipales, que tampoco les impidieron el paso, y forzaron el candado que cerraba la estancia. Después de quitar la bandera española salieron del Ayuntamiento sin que se produjeran incidentes.

Aproximadamente una hora después, el alcalde Ramón Labayen ordenó a la Policía Municipal quitar las banderas vasca y de San Sebastián, que habían quedado ondeando junto al mastil vacío de la enseña española. Las tres enseñas habían sido izadas ayer mismo en la fachada del ayuntamiento, después de los graves incidentes ocurridos el día anterior. San Sebastián recuperó ayer el ambiente de normalidad festiva, tras los incidentes ocurridos en la tarde del domingo.

El gobernador civil de Guipuzcoa, Julen Elgorriaga, señaló posteriormente que se iban a iniciar acciones legales contra las personas que retiraron la enseña constitucional, las cuales fueron reconocidas por los policías municipales.

En unas declaraciones efectuadas a EL PAIS, Ramón Labayen calificó de "indecente" la quema de la bandera española y dijo que el lanzamiento de piedras por parte de los simpatizantes de Herri Batasuna es una conducta que se corresponde con la clásica agresión fascista.

El alcalde donostiarra, que fue alcanzado por una pedrada en el cuello y la barbilla, en los enfrentamientos del domingo, destacó el carácter minoritario de la manifestación convocada por HB, y resaltó la capacidad de los donostiarras y de los visitantes de la ciudad de superar este tipo de incidentes y sumarse a los actos festivos que se celebran en la Semana Grande donostiarra. "Es muy significativo", subrayó Labayen, "qué al poco tiempo de finalizar la batalla campal del Bulevar, los ciudadanos recogieran las sillas y mesas que habían sido utilizadas como proyectiles o barricadas y reanudaran su charla y sus consumiciones".

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Escasos manifestantes

Labayen consideró que lo más destacable de estos incidentes es la escasa participación ciudadana en una manifestación que había sido convocada por la práctica totalidad de los organismos ligados a Herri Batasuna. "Esto explica", señaló, "el que los manifestantes tengan que recurrir a las provocaciones habituales como la quema de la bandera y el apedreamiento para hacer valer su p resencia en la calle. Además", añadió, "la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la LOAPA, que confirma la viabilidad de las posturas negociadoras, les ha dejado sin argumentos y esto explica también el hecho de que hayan echado mano de la violencia".A juicio del alcalde donostiarra, los incidentes fueron provocados deliberadamente. "El acopio de piedras no es algo que se improvise; trataban de evitar que las autoridades vascas asistieran al acto que da inicio a las fiestas de la Semana Grande. Ellos han fracasado en este objetivo, porque las autoridades asistimos a la Salve protegidos, por cierto, por la Ertzaina, y todo el mundo ha visto quienes son los agresores y quienes.los agredidos".

Tras reconocer no haber observado la actuación de la Policía Nacional, Ramón Labayen afirma contar, sin embargo, con referencias suficientes como para calificar de duras e indiscriminadas algunas de las cargas de los antidisturbios.

A su juicio, la Ertzaina se comportó de forma comedida, cargando únicamente contra los elementos más agresivos de la manifestación. "El hecho de que resultaran heridos 15 de los 100 ertzainas que se encargaron de la protección de las autoridades, demuestra que aguantaron mucho; estoy convencido de que los manifestantes causaron más heridos que las fuerzas del orden. Ésta es una dinámica peligrosa", advirtió Ramón Labayen, "nuestros policías son hombres, no son santos".

Los servicios de la Cruz Roja y de la DYA atendieronla más de 60 personas contusionadas, pero sólo dos de ellas fueron hospitalizadas. La Ertzaina detuvo a varias personas que portaban piedras.

El lendakari, Carlos Garaikoetxea, ha manifestado por su parte, aludiendo expresamente a los manifestantes: "Esos son los Pinochet de nuestro país". El PSEPSOE, por su parte, se mostró ayer solidario con el lendakari y con el alcalde de San Sebastián en un escrito en el que califica a los manifestantes de fascistas y provocadores, y muestra su voluntad de contribuir a la normalización del País Vasco.

Herri Batasuna y las gestoras pro-amnistía han condenado la actuación de la Policía Nacional, a la que acusan de haber cargado brutal e indiscrimínadamente, sin justificación ni motivo alguno. Critican a la Ertzaina "por haber completado la labor de la FOP", y afirman que los manifestantes sólo ejercían el derecho a la libre expresión.

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