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Primeros campeonatos mundiales de atletismo

Thompson ya es el atleta mas perfecto del mundo

Daley Thompson es el superhombre. Daley Thompson es el campeón de campeones. Daley Thompson es el atleta. Alguien dijo en una ocasión que el atletismo es el decatlón, "para el resto de las pruebas haría falta otro nombre". El decatlón sólo está al alcance de los superdotados. Ser el mejor supone haber esculpido un cuerpo, ya de por sí escultura¡, hasta la perfección absoluta. Daley Thompson lo ha conseguido. Es campeón olímpico, es campeón europeo y, desde ayer, también campeón mundial. Realizó 256 puntos más que cuando el año pasado hizo el récord mundial. Se quedó a 111 del actual. A su poseedor, Hingsen, le venció en 105 puntos. Quedó demostrado, una vez más, que el recordman no siempre es el mejor. Lo es cuando uno disfruta de todo a favor y nada en contra.

Thompson fue ayer el héroe de la jornada. Tal calificativo concedían los griegos al vencedor de las pruebas combinadas. Lampis de Laconia fue el primer héroe, 708 años antes de Jesucristo. Se celebraba la 18 Olimpiada. Fue el mejor tras competir en carrera, longitud, jabalina, disco y lucha. Hasta 1912 no nació el decatlón que hoy se conoce. Son diez pruebas donde los límítes flisico del atleta se exprimen al máximo. La última, el 1.500, resulta dramática. Suele ser la que decide el triunfo. Saben que sus capacidades están al límite y que cuando crucen la meta conocerán los extertores de la agonía.A la salida del 1.500 Thompson competía contra sí mismo. Para perder el título mundial tenía que quedar 21 segundos por detrás de Hingsen. Ya le sonreía la gloria. Pero él se entregó sin piedad en pos del 4.14.3 que le supondría recuperar el récord mundial. Era un desafío inalcanzable. El viento, la lluvia, y el frío le negaron tener todo a favor y nada en contra para poder escalar en las 9 pruebas anteriores hasta la máxima puntuación conseguida por el hombre.

El 1.500 es precisamente la prueba del decatlón que no guarda ningún paralelismo con las demás. El 100, 400, la longitud, altura, pértiga y vallas forman un bloque común. Los lanzamientos, otro. El 1.500, por ser, además, la última prueba en disputarse, supone la máxima dificultad. Atrás queda ron la pértiga y las vallas, que Forman la base del decatlón por cuestiones técnicas y porque suponen un bloqueo en los atletas, que ven en estas pruebas unos topes que se oponen a su progresión. El entrenamiento técnico ocupa una tercera parte en la preparación del decatleta. El resto se emplea en desarrollar un 36% de fuerza, un 36% de velocidad, un 22 % de resistencia y un 6% de aguante, proporciones que se consideran ideales en un cuerpo que debe ser sólido y armonioso, en el que no caben debilidades musculares para evitar las lesiones típicas de una preparación intensiva.

Daley Thompson superó ayer sus propias marcas en siete pruebas de los días que estableció el récord mundial hace un año: 10.60 contra 10.66 en 100 metros; 7,88 contra 7,71 en longitud; 15,35 contra 15,17 en peso; 14.37 contra 15.00 en 110 vallAs; 5, 10 contra 4,90 en pértiga; 65,24 contra 62,98 en jabalina y 4.29.72 contra 4.43.48 en 1.500. Sólo se mostró. inferior en altura -2,03, contra 2,04-400 metros -48.12, contra 47.59- y disco -44.46, contra 44.58- De cualquier forma, ninguna de estas marcas son las mejores en su historial deportivo.

Abascal, un coloso

En las restantes finales disputadas ayer, otra excelente m arca conseguida fue en 100 vallas. Bettine Jahn superó por una centésima el récord mundial de la polaca Rabsztyn, que posee el 12.36 desde 1980. Un viento a favor de 2,4 impidió su homologación. José Manuel Abascal fue la figura española en la jornada de ayer, agigantada por conseguir la clasificación en una semifinal que era ya una auténtica final, más Scott y Aouita de la serie de González Salió con Boit, Maree, Walker, Flynn, Cram, Ovett, Deleze y Biers : Él tenía pocas opciones ante semejante plantel. Se comprometió con el italiano Patrignani y el yugoslavo Zdravkovic a mantener un ritmo que les permitiese llegar a la meta en 3.36 para asegurarse el pase a la final por los cuatro mejores tiempos. Los cuatro primeros puestos, que daban acceso directo a la final, no parecían estar reservados para ellos.

Patrignani salió tirando según lo previsto. Pero Byers les hizo la carrera. Tomó la delantera y les aseguró llegar a la meta con u tiempo que les metiera en el final. Boit tomó luego el relevo. Aún así Abascal quiso asegurar y salió fuerte al paso por la última vuelta En la recta, se dejó ir. Había asegurado la clasificación.

Inmediatamente después de correr la semifinal, Abascal se puso a rodar. Una vez en la Villa Olímpica, un largo masaje para reducirle durezas y ácido láctico y un brebaje con hierro, glucosa y sales minerales, trataron de proporcionarle la recuperación necesaria. Hay que mimarle porque es la última baza española a medalla. Hoy estará entre los 12 mejores atletas del mundo en la especialidad reina del atletismo actual. 44 quedaron eliminados. Las posibilidades de Abascal se agigantan.

Los técnicos trabajan con él para que pueda correr dos series de 1.000 metros en 2.22, con dos minutos de recuperación. El día que lo logre, podrá bajar de 3.30 en la distancia, tiempo inferior al récord del mundo vigente, en una carrera que sea conducida con un ritmo regular. Abascal no es un atleta de final explosivo. Su fuerte es el ataque largo, para reventar a los más rápidos.

José Luis González fue, en cambio, la gran decepción. Los nervios se impusieron a su calidad. Corrió menos agarrotado que en las series, pero volvió a quedar sin fuerzas en la recta final, que es precisamente su fuerte. Le correspondió una semifinal barata. Dio igual. Su carácter nervioso -apenas durmió por la noche- le traicionó de nuevo en una competición de altura. El estado actual de forma de González es excelente. En los Juegos Olímpicos de Moscú, la responsabilidad pudo más que él. Tres años después, ha vuelto a suceder lo mismo.

Javier Moracho fue otro atleta eliminado ayer en una semifinal agraciada. Estaba confiado y corrió mal. Tuvo que ver cómo en la final pasaban hombres -incluso el que luego sería subcampeón mundial- que para él no eran rivales hace dos años.

El relevo 4x4OO -Prado, Sánchez, Azulay y Alonso- superó las series de la mañana, al ser quinto con 3.07 y luego fue último destacado en la semifinal.

La rebelión de los pertiguistas

El viernes se suspendió la calificación de pértiga a causa del mal tiempo. Ayer, a las nueve de la mañana, estaban citados todos los atletas para volver a comenzar la criba. Incluso los que ya habían sido eliminados. Entre ellos estaba Ruiz, que saltó bien los 5 metros y falló sobre 5,20. Empezarían todos desde cero hasta el camino de los 5,50, marca que daría paso a la final de hoy. Norteamericanos, soviéticos, polacos y franceses, que son los mandamases en el mundo de la pértiga, se confabularon para no competir hoy. Cuándo los jueces fueron a la sala de llamadas para llevarlos a la pista se los encontraron tumbados en el suelo, fumando y en charla relajada. Los jueces acordaron que "por persistir las malas condiciones climatológicas" hoy se celebraría la final directa. A las grandes estrellas de la pértiga no les hizo ninguna gracia que dieran una segunda oportunidad ayer a todos los que ya habían sido eliminados el viernes. Ello les obligaba a volver a prodigar unos esfuerzos que pueden resultar preciosos reservar para el final. Y mucho menos estaban dispuestos a competir para que, en cuanto volviera a llover, se anulara de nuevo la calificación. El viernes por la noche, en conciliábulo, llegaron a un pacto: no participar en la calificación bajo ningún aspecto.La jugada les salió bien. Hoyhabrá final directa entre los 27 participantes. Serán siete horas de competición. Los astros se reservarán para- el final. Aunque el fuerte aire al que dejó paso la lluvia pueda convertir la final en una partida de póquer.

Los faroles al renunciar a saltar sobre determinadas alturas para evitar la acumulación de nulos, decisiva en caso de empate, pueden decidir el resultado final.

La primera protesta formal que se recibió por no tener en cuenta los resultados de la calificación partió de la delegación francesa. En la Universiada de México ocurrió lo mismo que aquí. Una tromba de agua obligó a la suspensión de la calificación de pértiga. Houvion había sido eliminado. En la calificación del día siguiente volvieron a participar todos los -atletas, incluidos los eliminados. Houvion entonces sí pasó a la final. Al día siguiente, Houvion se proclamaba vencedor de la Universiada. En aquel entonces ningún representante francés protestó por repetir la calificación.

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