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Misión casi imposible para un derechista a ultranza

Sergio Onofre Jarpa ha sido designado ministro del Interior y jefe político del Gobierno por el general Pinochet en un momento tan dificil que ha hecho decir a observadores calificados que "tal vez sea ésta la última carta que pueda jugarse el presidente".Nombrado un día antes de que tuviera lugar la cuarta jornada de protesta contra el régimen, bajo la consigna de "democracia aquí y ahora", Jarpa afronta la delicada misión de dotar de nueva vida al debilitado sistema militar mediante un acercamiento con los diversos sectores políticos opositores.

A Jarpa se le atribuye la autoría de un plan que pretende remozar el rostro del régimen mediante una apertura al diálogo, el estudio y aprobación acelerada de leyes que permitan un paulatino retorno a la democracia e incluso la realización de elecciones parciales antes de 1989.

La designación de Jarpa como virtual jefe de Gobierno fue acompañada de un aumento del número de ministros civiles, que de nueve pasaron a 13, en un total de 20 carteras. También Jarpa fue el encargado de buscar los nombres de estos civiles para integrarlos en el Gabinete y convencerlos de que aceptaran.

Jarpa, de 62 años, es un ferviente nacionalista de derecha y un decidido antimarxista.

En medios diplomáticos se afirma que tal vez la razón por la cual el general Pinochet le ha designado es la afinidad de ambos en su antimarxismo y su visceral rechazo por las "posiciones ambiguas" frente al Partido Comunista.

Durante el Gobierno anterior, Jarpa fue presidente del Partido Nacional y senador por Santiago y se caracterizó por su extrema y combativa oposición al Gobierno del presidente Allende. El Partido Nacional se disolvió tras el golpe de Estado que derrocó a Allende en 1973, por considerar que su tarea estaba cumplida y sus propósitos alcanzados, según, declaró Jarpa en una entrevista.

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En el actual Gobierno ha sido embajador en Colombia y en Argentina, país éste en el que ha permanecido casi seis años, hasta el momento de su designación para la cartera del Interior. En Argentina había logrado establecer estrechos lazos con la mayoría de los partidos políticos que allí están actuando.

Jarpa se ha manifestado en sus primeras declaraciones partidario del fin del exilio de miles de chilenos y anunció que arbitrará las medidas para que en un futuro muy cercano pueda regresar la gran mayoría de ellos.

Para los grupos opositores, el nuevo jefe político del Gobierno representa una lejana esperanza de que pueda llegarse a la convivencia democrática en el país.

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