Escasa asistencia de público a un acto en defensa de la nación catalana
Alrededor de 10.000 personas según la organización, y 8.000 según otras fuentes, asistieron ayer en Barcelona al acto de la Crida a la Solidaritat en defensa de la lengua, la cultura y la nación catalana -conjunto de unas 200 entidades cívicas y políticas de Cataluña- para conmemorar la "Fiesta Nacional de los Países Catalanes".Angel Colom, miembro del secretariado de la Crida manifestó en una conferencia de Prensa que la poca asistencia al acto se debió a "una clara muestra de boicoteo intencionado por parte de dos fuerzas políticas, Convergència Democrática de Catalunya (CDC) y el Partit dels Socialistes (PSC)".
En el curso del acto se profirieron gritos de carácter independentista y se vitoreó a la organización terrorista Terra Lllure. Un representante de la comisión de jóvenes de la Crida pidió desde la tribuna de oradores la independencia de los Países Catalanes, en medio de fuertes aplausos.
En la presidencia se encontraban el presidente del Parlamento catalán y secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Heribert Barrera, que abandonó el recinto al poco tiempo de iniciarse la concentración para asistir a la recepción del rey Juan Carlos en Madrid. En las gradas se encontraba el director general de Seguridad de la Generalitat, Miquel Sellarés, uno de los pocos altos cargos de la institución autonómica que acudieron al acto.
El representante de la Crida a la Solidaritat responsabilizó igualmente al Partit Socialista Unificat (PSUC), Partit dels Comunistes (PCC) y a CDC de no haber movilizado a sus militantes y simpatizantes. Las tres organizaciones habían suscrito la convocatoria del acto. La postura de estos partidos, en especial de Convergència, puede significar un cambio importante y en profundidad en la Crida, que en 1981 reunió en el estadio del Fútbol Club Barcelona a más de 100.000 personas.
