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La deuda pública amplía sus plazos para no interferir la financiación de las empresas

El próximo día 15, y hasta el 25, saldrá una emisión de deuda del Estado a seis años, el plazo más dilatado desde que en 1977 se llegara por poco tiempo hasta los diez. Con los 25.000 millones de que consta, ampliables a 45.000, serán tanteadas las posibilidades del mercado para estirar los períodos de vida, ya después del verano, a ocho o más anualidades. Se intenta así desconcentrar las amortizaciones y dejar libre el segmento entre tres y seis años, que es el típico de la empresa privada, al tiempo que se refuerza la captación de dinero a corto. Ayer precisamente entró en vigor una orden que permitirá a la Administración controlar el incipiente mercado de activos con vida breve, como los pagarés de empresa.

Durante los últimos años, las emisiones a medio y largo plazo llegaban hasta los cinco en plazo de amortización, si bien con la posibilidad de realizarla a los tres, o bien la mitad a tres y el resto a cinco. La próxima tiene como período único de vida los seis ejercicios, pero el Estado se reserva el derecho a amortizarla total o parcialmente a partir de los cuatro años, en cualquiera de los vencimientos semestrales.Formalizada en títulos de 10.000 pesetas cada uno y al 14% de interés anual, esta emisión conserva la posibilidad de deducción en la cuota del impuesto sobre la renta. La anterior, de bonos del Estado a tres años, lanzada el 11 de mayo, por valor de 40.450 millones de pesetas, no daba derecho a la desgravación por inversiones, aunque su tipo de interés ha sido 15,5%. Fuentes solventes señalan que ésta se ha colocado con facilidad similar a la de octubre pasado, cuando la amortización era a dos años. Más de la mitad de las últimas emisiones ha sido suscrita por el público. Los bancos y cajas que actúen corno intermediarios en la colocación de los títulos recibirán por ello una comisión aproximada del 1 %.

De la próxima emisión y de la que salga inmediatamente después del verano dependerán el importe y condiciones de la que se espera novedosa oferta de octubre, probablemente para ocho o más años de vigencia. Pero, como otros años, noviembre y diciembre serán los meses más activos, con la salida de unos 100.000 millones en bonos del Estado y deuda.

Innovaciones

Según Ignacio Garrido, de la Dirección General del. Tesoro, probablemente la oferta prevista de cara a septiembre sea de bonos del Estado, sin desgravación, a 3 o 4 años de amortización; todavía no ha sido fijada la cantidad, aunque se ha hablado en principio de 15.000 millones de pesetas. La siguiente -para la que se ha dado como aproximación la cifra de 25.000 millones- podría utilizar el sistema de subasta, combinado con obligaciones del Estado y de forma que el mercado señale sus preferencias de tipo de interés, lo que exigiría no incluir tampoco desgravación. No obstante, tendrán plazos de amortización mayores las que gozan del privilegio de la deducción en la cuota de renta.Todas las innovaciones y tanteos, según ha explicado a la Comisión de Presupuestos del Congreso de Diputados el director general del Tesoro y Política Financiera, Raimundo Ortega, tienden a aminorar o paliar el inevitable efecto de expulsión de la empresa privada del mercado de capitales por parte de la deuda pública. Paralelamente, se desea ampliar la vida media de la deuda del Estado, que ahora es de 24 meses y requie.re, por tanto, una política activa de emisiones para cubrir las amortizaciones.

Por un lado, han crecido mucho (desde 115.000 a los 650.000 millones de pesetas previstos para finales de este año) las emisiones de deuda a corto plazo, mercado en el cual las empresas no actúan, salvo excepciones como Telefónica, Renfe o Enher (Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana). Sin embargo, el mercado incipiente de nuevos títulos a corto -distintos de los tradicionales del mercado de renta fija-, como los pagarés de empresas (a seis meses o un año), ha animado a la Administración a controlar estos nuevos activos. Precisamente ayer, lunes, entró en vigor una orden del Ministerio de Economía y Hacienda que extiende a dichos pagarés las normas existentes desde 1978 para el anuncio y puesta en circulación de otros títulos de renta fija.

Por otro lado, en lo que respecta al mercado a medio y largo plazo, al estirar los períodos de vida a seis, ocho o más años, queda libre para la empresa privada el segmento entre tres y seis años.

Para todo el presente año, además de los 650.000 millones de pesetas a que podrá ascender la deuda del Tesoro o deuda a corto en circulación, los Presupuestos del Estado que debate esta semana el Pleno del Congreso han previsto la salida de 380.000 millones de pesetas de deuda pública.

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