La duda internacional de Felipe González
Hemos visto absortos en pocos días cómo nuestro presidente realizaba dos intervenciones públicas en las que manifestaba su opinión o apoyo a opciones contrarias respecto a la carrera armamentística. Así, leemos en EL PAÍS (1 de mayo): "Definió como muy peligrosa la situación internacional y esbozó el compromiso de todos los que hablamos esta lengua en hacer disminuir el riesgo de la guerra nuclear y de la confrontación". Más adelante añade: "Calificó de irracional la carrera de armentos y subrayó el miedo del ciudadano medio al despliegue de las armas nucleares en el teatro europeo". Tras estas líneas del discurso de clausura del Encuentro en la democracia, cuál no fue nuestro asombro al leer en EL PAÍS (4 de mayo) en titulares: "Felipe González anuncia el apoyo español al despliegue de los euromisiles".¿En qué: quedamos?, ¿en la Declaración de Madrid hemos de evitar el aumento del riesgo de la guerra nuclear y en la de Bonn hemos de apoyarla? Jugamos con ambigüedades harto peligrosas. Nuestro voto respaldaba a un presidente consciente de la barbarie que suponía la carrera de armamentos y no a un autor de mensajes dobles.
Señor presidente, es preferible no entrar en el Mercado Común y mantener, nuestra identidad y nuestra visión de los acontecimientos mundiales antes que aparecer ante la opinión pública -buena maniobra del señor Kohl- como una marioneta de los países acaudalados. /
y seis firmas más.