Antonio Ferrandis, el actor que llegó al 'oscar'
Uno de los jóvenes de 'Verano azul' describe a 'Chanquete' como un hombre sentimental y conversador, aficionado a preparar grandes paellas
Antonio Ferrandis, protagonista de Volver a empezar, la primera película española que consigue el oscar de Hollywood, está de nuevo en la clínica. Internado por segunda vez debido a un ataque de asma -siempre tuvo problemas de bronquios-, ahora, según los médicos, su situación se ha complicado por lo que parece ser una pulmonía. La primera vez venía de México. Ahora, de Los Angeles. Los viajes, el agotamiento y las emociones le pasan su factura a este actor de éxitos tardíos que el 28 de febrero cumplió los 62 años. Garci, director de la película galardonada, ha declinado el ofrecimiento de escribir un par de fólios sobre Ferrandis por falta de tiempo. Encarna Paso, la otra protagonista, tenía que salir a una gira. José Luis Fernández -Pancho en la serie Verano Azul- aceptó inmediatamente la propuesta de escribir unas líneas sobre Ferrandis, al que conoció cuando Volver a empezar no había eclipsado a aquel entrañable personaje que todos los niños conocían por el nombre de Chanquete.
Mi encuentro con Antonio Ferrandis fue en el mismo pueblo de Nerja, donde rodamos Verano Azul. A primera vista me pareció una persona normal que trataba a todo el mundo como compañero y amigo. Y ésta fue una de sus primeras lecciones de actor. Más tarde, cuando empecé a trabajar con él, me di cuenta de lo serio y a la vez divertido que resultaba meterse en situación con él para contar una historia. Ganamos su amistad conforme transcurría el rodaje.Me impresionó mucho la cantidad de recursos que poseía. Procuraba arroparnos siempre, y eso nos hacía sentirnos muy cómodos trabajando con él. En cuanto a su interpretación, me daba la impresión de que las escenas las tenía en la mente desde un principio, y sus movimientos eran iguales en todas las tomas. Su risa, su mirada, su sosiego, siempre igual, todo pensado, y, sin embargo, no dejaba de ser natural. Un pedazo de actor.
Por supuesto, Ferrandis y Chanquete no son los mismos, pero sí tienen algunos reflejos semejantes en cuanto a la bondad del personaje, su carisma de hombre maduro, de viejo marinero, su sabiduría. Sin embargo, a Antonio no le gusta el mar bravío, ni las olas grandes, ni toca su viejo acordeón. Pero eso nadie lo notaba porque para él, ante todo, está su profesión y su interpretación de Chanquete. Un personaje televisivo tiene por fuerza muchas limitaciones, mientras que Antonio Ferrandis, claro está, posee más facetas. La diferencia fundamental entre ambos personajes -el real y el ficticio- es que Ferrandis no es tan excesivamente púdico como Chanquete, es también mucho más cachondo y no tiene nada de solitario. Es un hombre de mundo. Su pipa se convierte, en la realidad, en un cigarrilllo, siendo el tabaco, precisamente, uno de sus grandes enemigos. Podía fumarse dos y hasta tres paquetes de tabaco en un día. Ahora creo que los médicos se lo han prohibido.
Antonio es un sentimental. En un par de capítulos de la serie lo vi llorar detrás de la cámara. Sobre todo en aquel en el que moría Chanquete. Había una escena en la que yo bajaba por la ladera hasta llegar a Cala Chica gritando: "Chanquete ha muerto. Chanquete ha muerto". Él se puso a llorar y después me abrazó y me dijo:' "Muy bien, muchacho".
A Antonio Ferrandis, como buen valenciano, le encanta hacer grandes paellas. De vez en cuando, en Nerja, organizaba fiestas -en mí casa o en la suya, por ejemplo- que había preparado desde por la mañana comprando él los ingredientes necesarios para hacer una paella. Se mosqueaba muchísimo si después alguien hacía un comentario negativo sobre su especialidad. Le gusta también la charla tranquila. A nosotros solía aleccionarnos, generalmente, sobre la profesión. Nos advertía sobre la dureza de la misma y repetía a menudo que si estábamos interesados en continuar tuviéramos en cuenta que no todo es de color de rosa, que no todo es un verano azul, que hay que ser constante y no desilusionarse rápidamente, que hay rachas buenas y rachas malas. Entonces nos sonaba a chino todo aquello, pero ahora me he dado cuenta de lo que significaba. Que no todos los días hay películas para hacer, que tienes que aprovechar muy bien tus oportunidades.
Antonio Ferrandis se ha convertido en el actor más famoso de este país en muy poco tiempo, en parte, gracias a la serie de televisión, y, por supuesto, a la película ganadora del oscar. Se ha pasado toda la vida trabajando en cien mil y un papeles y ahora por un gran éxito ha quedado marcado, a sus 62 años, por un apodo. Las revistas del corazón titulan en sus primeras páginas: "Chanquete ha ganado el oscar". Él puede decir muy fuerte que ha triunfado. Dicen que más vale tarde que nunca, y yo me alegro mucho por ello.
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