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En olor de vacaciones

Ha terminado la semana en las bolsas con unas sesiones que se pueden considerar como un claro preludio de las vacaciones de Semana Santa. La falta de interés demostrada por los asiduos al parqué sólo puede tener esta explicación.En el mercado madrileño comenzó la sesión casi con somnolencia, a la que contribuía no poco el acercamiento que mostraban en casi todos los casos las posturas del papel y el dinero, que llevaron a tina gran cantidad de valores a repetir sus cotizaciones.

Los valores eléctricos fueron los primeros en iniciar el cielo de repeticiones, aunque aún se dejaron notar algunos tanteos, tanto a la compra como a la venta, que en ningún caso produjeron variaciones de consideración.

En el sector bancario es en el que más se noto la inactividad, si bien se dejaba ver una cierta incidencia de las ventas. En todo el sector, las posiciones predominantes eran de oferta, pero a un nivel más bajo que el día anterior. Así, los siete grandes vieron disminuida la cifra de sus saldos en 100.000 títulos, registrando una tímida demanda el Popular, que no llegaba a los tres títulos. Entre los demás componentes del sector el papel estaba muy repartido, destacando el Banesto, con más de 40.000 títulos de saldo vendedor, y el Vizcaya, que apenas pasaba de 2.000. Es necesario destacar que el Santander, tras siete jornadas consecutivas con saldos compradores, aparecía ayer con una pequeña cantidad de títulos a la venta -apenas 10.000-, de los que tomó el 60%.

Las repeticiones generalizadas del sector bancario podrían considerarse como un resumen del sentir general: las cosas han llegado hasta aquí y están bien así.

La nota más destacada de la jornada de ayer estuvo, sin duda alguna, en Bilbao, en donde la sesión hubo de ser suspendida ante la irrupción en las dependencias de la Bolsa de los trabajadores de Metacal a las 9.30 horas de la mañana. Una vez normalizada la situación se consideró que ya era demasiado tarde para empezar la sesión y se optó por la suspensión.

En el mercado valenciano la jornada también transcurrió sin pena ni gloria, pero esta vez no por causas ajenas al mercado. Las ligeras variaciones que registraron los indicadores sectoriales se compensaron con tanta exactitud, que para el índice general de este mercado la sesión pasó tan inadvertida como para el de Bilbao.

En Barcelona, en donde se dio la pérdida más pronunciada, cedieron más los valores eléctricos, que, junto con bancos, químicas y servicios, fueron los que propiciaron la baja, a pesar de que los valores locales, ahora con menos fuerza, siguen aguantando.

Los especialistas coinciden en señalar que este primer trimestre de las bolsas ha quedado cerrado, aunque aún faltan dos sesiones por celebrar, y los resultados son de un optimismo moderado. Por un lado, los mercados han mostrado que en estos tres meses han logrado consolidar una base que permite mirar al futuro más inmediato con algunas garantías; esto, en cuanto se refiere a la renta variable.

De otro lado, aunque se ha registrado una disminución en la contratación de otros activos, como son letras de cambio y pagarés del Tesoro, debida en buena parte al descenso de sus tipos de interés, el volumen de negocio en estos meses permanece estable. Nadie se atreve a hacer juicios sobre el futuro más allá de un plazo medio, pero al menos el horizonte no aparece tan sombrío.

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