Expectativas de cambio
La situación que ha desencadenado esta espectacular ola de frío sobre la geografía española comenzó a gestarse a partir del pasado día 6. Una invasión de aire frío en altura, con vientos del Noreste, que tras efectuar un largo recorrido por el Atlántico se cargó literalmente de vapor de agua, originó en la cornisa cantábrica precipitaciones en forma de granizo y de nieve en los sistemas montañosos. Existen expectativas para una próxima suavización de las temperaturas.Este aire frío pulsó posteriormente sobre el cálido subtropical de la zona Madeira-Canarias, formando una borrasca frente a Lisboa el día 11, borrasca que se desplazó después por Andalucía hasta Baleares, originando temporales de nieve. Puntos tan insólitos para la nevada como Ecija (la sartén de Andalucía), Murcia y Málaga fueron blanco (nunca mejor dicho) de estas precipitaciones sólidas.
En un interesante estudio realizado por el meteorólogo García de Pedraza se señala que la zona centro (Duero, meseta inferior y parte de La Mancha) ha quedado en una especie de tierra de nadie durante estas invasiones de nieve, en un curioso diálogo Norte-Sur. Sin embargo, esta zona centro ha sido escenario de espectaculares heladas, propiciadas por una masa de aire frío que gravita sobre la vertical de la Península.
En resumidas cuentas, se puede decir que ha faltado la humedad y ha sobrado frío para que la zona centro fuese escenario de espectaculares nevadas. La gota fría en altura ha quedado reflejada con unos espectaculares cuarenta grados bajo cero a 5.000 metros de altura. La borrasca que ayer se cernía sobre el sur de la Península Ibérica debe iniciar su desplazamiento hacia Italia. Sobre el centro de España se asentará un anticiclón, que originará heladas nocturnas muy fuertes hasta el próximo jueves. A principios de la próxima semana empezarán a soplar vientos del Suroeste (ábregos o llovedores).
