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La dimisión del presidente del ENI provoca una nueva crisis política en Italia

Juan Arias

La dimisión forzada, por parte del Gobierno, del presidente del ENI (Ente Nacional de Hidrocarburos), el importante ente del Estado que se preocupa de abastecer a Italia de hidrocarburos, es objeto de fuertes debates en el Parlamento italiano. El presidente cuestionado es Umberto Colombo, un hombre independiente políticamente, aunque de simpatías socialistas. La falta de un candidato aceptado por todos para la presidencia supone una crisis del Gobierno, que presentó ayer el voto de confianza a la Cámara. La votación se realizará la próxima semana.Cuando Umberto Colombo fue nombrado el año pasado, todos alabaron el gesto porque el prestigio profesional y el rigor moral del nuevo presidente eran evidentes. Colombo llegaba al ENI cuando otro personaje, también de los indiscutibles, Romano Prodi, independiente con simpatías democristianas, asumía la presidencia del IRI (Instituto para la Reconstrucción Industrial). Hasta la Prensa más crítica alabó lo que fue llamado "una página nueva y gloriosa" en el mundo de las grandes empresas, tantas veces dirigidas en el pasado por hombres con poca competencia y preocupados, sobre todo, defavorecer a sus respectivos partidos.

El alejamiento de Colombo del ENI, levantó enseguida un polvorín, y el presidente del Gobierno, Amintore Fanfani, fue enseguida objeto de duras críticas por parte, sobre todo, de la oposición comunista. Y con él lo han sido los socialistas por apoyarlo. Todos sabían que la causa de que Colombo tuviera que dejar el ENI era el no haber querido aceptar a su lado a Leonardo di Donna, un personaje defendido por el Partido Socialista, pero de quien los comunistas han dicho que es "protagonista de intrigas y enfrentamientos dentro del ENI. Y es que a Di Donna se le acusa de todo: de pertenecer a la logia P 2, de estar implicado en el caso ENI-Petromin y de las pérdidas del ENI con el ex Banco Ambrosiano de Roberto Calvi.

El Gobierno, para que no quedara paralizada la gestión del ENI, decidió quitar a Colombo y a Di Donna. Los comunistas han pedido la dimisión del ministro De Michelis y quieren que Colombo vuelva,a su puesto.

El presidente Fanfani defendió ante el Parlamento su decisión y la del Gobierno de haber alejado a Colombo para poder poner orden definitivamente en el ENI, un ente que ha sido siempre objeto de polémica, de ambiciones y de escándalos, acusado de haber sido la vaca gorda que ha alimentado, en muchas ocasiones, a los partidos políticos, habiendo llegado a una situación financiera desastrosa, con más de 3.000 millones de pesetas de deuda anual.

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