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Graves inundaciones después del desastre de Levante

Trece muertos en Cataluña y Andorra

Ocho muertos y un desaparecido es el cómputo oficial de víctimas ocasionadas por las inundaciones en las comarcas de Lérida. A esta cifra hay que sumar las cuatro muertes registradas en Andorra y la del soldado de Artillería Salvador Bafíos que fue arrastrado por una ola en Sant Adrià.Providencia Caires Servelet, de 79 años de edad, y sus dos nietos Jorge y Olga Mollés Navarri, de 18 y 16 años, respectivamente, todos ellos vecinos de Torres de Capdella, son, junto a Adela Cortes Pala, de 22 años, y el alcalde de Anserall, Josep Más, los muertos identificados en las comarcas leridanas. En el kilómetro 102 de la carretera que comunica Lérida con Andorra fue descubierto el cadáver de un hombre de unos 40 ó 45 años, cuya identidad todavía se desconoce, así como la de la niña que apareció muerta en Montferrer. En las últimas horas se encontró un noveno cadáver de mujer en la confluencia del Segre con el Valira que podría proceder de Andorra. En cuanto al desaparecido, se trata de Jorge Mata Montferrer de Pons, que fue arrastrado por la riada del arbol en el que se había refugiado y cuyo cuerpo no ha sido localizado.

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De las cuatro víctimas que se regristraron en el Principado de Andorra, tres han sido identificadas. Se trata de Francisco Joval, de 50 años, Patricia Tucos, de 10, y Amadeo Rosell, trabajador de la empresa Andogas, que murió como consecuencia de la explosión que se produjo cuando intentaba desactivar dos depósitos de gas que iban a ser arrastrados por las aguas. La cuarta víctima es un joven ahogado que todavía no ha sido identificado.

A lo largo del día tres helicópteros de la Generalitat sobrevolaron la zona, realizando 35 operaciones de rescate de personas y suministrando alimentos y medicamentos a los pueblos que todavía permanecían incomunicados, según explicó el conseller de Gobernación, Maciá Alavedra. También se desplazaron al lugar ochenta vehículos de bomberos con un centenar de hombres y 250 voluntarios.

A pesar de los esfuerzos, en el Alt Urgell quedaban anoche cuarenta pueblos incomunicados, pues todas las carreteras sufrían desprendimientos y se habían hundido treinta puentes.

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