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La crisis del Líbano

El Parlamento libanés elige presidente a Amin Gemayel por mayoría absoluta con sólo tres abstenciones

Amin Gemayel fue elegido ayer por la Cámara de Diputados libanesa, en la primera vuelta y por mayoría absoluta, octavo presidente de Líbano independiente, exactamente una semana después del asesinato de su hermano, el presidente electo Bechir Gemayel. El nuevo presidente, que tomará posesión de su cargo mañana jueves, cuando expire el mandato del actual jefe de Estado, Elías Sarkis, hereda una situación difícil en un país destrozado y ocupado por los ejércitos sirio y, sobre todo, israelí.

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El acceso al poder del nuevo presidente coincidirá con una disminución del dispositivo militar israelí en Beirut oeste y con la llegada a esta ciudad de una nueva fuerza multinacional encargada de proteger a la población civil tras la matanza de refugiados palestino perpetrada a finales de la semana pasada por milicias cristianas no identificadas.El Ejército libanés y los equipos de la protección civil descubrieron ayer, en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila, 39 cadáveres, que. se añaden a los 226 enterrados el lunes. Pero los trabajos de rescate de los cuerpos sin, vida de los escombros de las casas dinamitadas, quemadas o derribadas por las excavadoras no han acabado todavía, y la Cruz Roja Internacional pronostica que el número de víctimas se elevará, por lo menos, a mil.

Tanto la llegada de la fuerza multinacional como la reducción de la presencia israelí en la capital y, sobre todo, la voluntad de cooperar, manifestada por los musulmanes, incluido el líder sunita de Trípoli y ex primer ministro, Rachid Karame, deberían facilitar la tarea de Amin Gemayel, que declaró nada más ser elegido: "Este escrutinio es un acto de salvación de Líbano".

Setenta y siete votos a favor

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Amin Gemayel fue elegido presidente en un ambiente relajado en la Academia Militar de Fayadieh, situada en Beirut este -la sede del Parlamento, en fa plaza de L'etoile, no ofrecía suficientes garantías de seguridad-, fuertemente custodiada por soldados y gendarmes libaneses, que impedían a los guardaespaldas entrar en el edificio.

Las previsiones de algunos diarios que temían que el Ejército israelí impidiese a numerosos diputados musulmanes desplazarse al sector cristiano de Beirut para evitar que se alcanzase el quórum de 62 parlamentarios presentes y sabotear así la elección no se cumplieron, y en menos de media hora, a partir de las 11.30 de la mañana, ochenta representantes, sobre un total de 92, aún en vida, ejercieron su derecho al voto.

Tras observar cinco minutos de silencio en memoria del fallecido presidente electo, Bechir Gemayel, 77 parlamentarios votaron a favor de Amin Gemayel y hubo tres papeletas en blanco -una probablemente del presidente de la Asamblea, el chiita Kamal el Assad, obligado tradicionalmente a abstenerse-, mientras el único -rival del presidente electo, el diputado por Biblos Raymond Eddé, autoexiliado en París desde 1976, no obtuvo ni un solo sufragio.

Cuando el 23 de agosto la Cámara de Diputados. se reunió para votar sobre la candidatura de Bechir Gemayel, jefe de las fuerzas libanesas (milicias cristianas unificadas), hubo que esperar varias horas antes de conseguir el quórum, y finalmente sólo fue elegido presidente en la segunda vuelta por 58 votos.

El anuncio de su elección fue, sin embargo, acompañado por muestras de alegría en la zona cristiana, con disparos al aire y fiestas improvisadas, y en zona musulmana, con la destrucción de las viviendas de varios diputados que, aún sin votarle, permitieron con su presencia llegar al quórum. Ayer no se produjo, en cambio, ninguna reacción popular.

Los diputados no felicitaron a Amin Gemayel por su amplia victoria para respetar el luto por la muerte de su hermano, pero su padre, Pierre Gemayel, fundador de la Falange Libanesa, no pudo contenerse y le abrazó.

Todos, eso sí, aplaudieron y escucharon atentamente su primer discurso de presidente electo, en el que afirmó que "para ser fiel a la sangre de los mártires libaneses y de todas las confesiones y de todas las regiones de Líbano, hay que unificar la voluntad de los libaneses y promover conjuntamente una acción para salvar al país".

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