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El Banco de España delega en el Banco Exterior en Suiza la compra-venta de pesetas en el mercado internacional

Con la cesión al Banco Exterior de España en Suiza de la compra-venta de pesetas en el mercado internacional, que refleja tanto la demanda de los turistas como la evasión de capitales, el Banco de España cierra un capítulo atípico de la historia monetaria española de la posguerra. Al encargar al Banco Exterior de España -el más público de los privados- el control de los billetes que circulan fuera de, España, el banco emisor ha terminado con una situación anacrónica, que tuvo su origen en Tánger durante los años cuarenta.

Eran tiempos de pan negro, de cambios múltiples y de cartillas de racionamiento. Manuel Arburúa, ministro de Comercio y principal orfebre del complejísimo control de divisas con cambios múltiples, había establecido una pequeña oficina de cambios en un piso de la calle Siaguins, en la entonces comercial y bulliciosa ciudad de Tánger. En aquel pisito, el ministro autárquico trataba de mitigar, en lo posible, el mercado negro de la divisa española. Hacia 1944, el Banco de España constituyó, con el 100% del capital y un mayor porcentaje de sigilo y prudencia una sociedad casi secreta, que recibió el nombre de lá propia calle Siaguins.La función de Siaguins, sociedad privada propiedad del Banco de España, era controlar el volumen de billetes españoles que circulaban por el extranjero. Era un piso donde todos -estraperlistas, piratas y honrados comerciantes- tenían garantizada la compra y venta de pesetas al cambio fijado por el Banco de España. Las monedas convertibles, como el dólar, la esterlina o el marco, nunca han precisado de estas sociedades intermediarias, mientras que las no convertibles, como el franco, la lira, el florín, etcétera, lo hacen a través de bancos nacionalizados.

De Tánger a Zurich

La llegada de Alberto Ullastres al Ministerio de Comercio, con su equipo de jóvenes liberadores y estabilizadores (Fuentes Quintana, Varela Parache, Angel Rojo, etcétera) y con los tecnócratas del Opus Dei, trajo nuevos aires para el comercio exterior. El fin de la autarquía posbélica, la apertura de las fronteras, la salida de emigrantes y la llegada de turistas transformaron la economía y, por tanto, el mercado internacional de la divisa española, tanto en cantidad como en calidad. Los aires de modernidad obligaron a Siaguins a abandonar el oscuro piso africano de la calle de su nombre, en Tánger, y a trasladarse, a principios de los años sesenta, a una luminosa oficina de la ciudad suiza de Zurich.El boom turístico y la multiplicación del comercio exterior convirtieron a la desconocida empresa Siaguins en una activa delegación del Banco de España en Zurich, manteniendo un tráfico creciente de billetes, que llegaba a superar los 80.000 millones de pesetas al año. El tráfico de divisas exigía importantes medidas de seguridad en los aeropuertos de salida y de llegada, en los container repletos de millones, en los aviones y en las cajas fuertes.

El Banco de España tenía dos funciones específicas en el mercado exterior de la peseta. Una consistía en ofrecer billetes a todos los que los pidieran, para evitar que hubiera escasez y que ésta pudiera afectar al alza al tipo de cambio, y en comprar todas las pesetas que se le ofrecieran, sin preguntar su origen, a veces inconfesable, para impedir que la abundancia de billetes españoles en el extranjero pudiera afectar a la baja al tipo de cambio.

Esta función de compra-venta física de billetes es la que el Banco de España acaba de encomendar al Banco Exterior de España, como un servicio por el que el banco emisor paga una comisión al Exterior. De esta forma, se homologa España con los países vecinos de moneda no convertible, con la única diferencia de que el Exterior no es un banco completamente nacionalizado, como ocurre en otros casos europeos; pero es, al men.os, el más público de todos los bancos privados.

El servicio podría, técnicamente, ser realizado a la perfección por cualquier banco español, pero, como ha señalado en alguna ocasión el gobernador, José Ramón Alvarez llendueles, "las cuentas del Banco de España y las de los bancos privados son incompatibles.".

Por otra parte, al inargen de tentaciones y privilegios, no había ningún banco español instalado en Suiza. Solamente sociedades financieras, como Urquijo Finance y Occidental Finance. Por ello, cuando el Banco de España manifestó recienlemente su deseo de descargar la compraventa de billetes en el Banco Exterior, éste se apresuró a fundar, sin hacer ruido alguno, un banco comercial en Suiza que pudiera recibir las funciones de Siaguins. Así ha nacido el primer banco español en la patria de Calvino, con el nombre de Banco Exterior Swizerland, SA, con sede en Zurich y propiedad, al 100%, del Banco Exterior de España.

El nuevo Banco Exterior Suiza ya ha asumido el mercado internacional de pesetas al contado, apagando los recelos que pudieron anidarse en el fondo de los bancos privados, que consideraron un privilegio lo que el Exterior recibió corrio un servicio.

La desconfianza circuló por las bocas de los campistas, que preconizaban el "ventajismo" del Exterior en el negocio de la compra de pesetas a plazo, pues suponían que el banco clue sustituyera a Siaguins conocería el cambio fijado por el Banco de España en Madrid unos minutos antes de que se abriera el mercado para los demás.

Supervivencia de Siaguins

El banco emisor tranquilizó a los desconfiados, asegurándoles que la fijación de la cotización de la peseta en el mercado de futuros (o de plazo) era competencia indeclinable suya y que Siaguins sobreviviría, aunque no etemamente, con el encargo de -intervenir el mercado de divisas a plazo, mientras éste se va liberalizando, y en el que todos competirán a nivel de igualdad, sin ventajas ni privilegios.Con esta delegación en el BES, se garantiza en el exterior la compra al contado de todos los billetes que sálgan de España, legal o clandestinamente, así como su venta, también al contado, para evitar el nacimiento de un mercado negro, que siempre acaba distorsionando la cotización de la moneda.

Y, mientras se liberaliza y flexibiliza el mercado de la peseta a plazo, la vieja y heroica empresa Siaguins, de Tánger, seguirá actuando en Zurich como delegada del Banco de España para comprar y vender pesetas a plazo, dentro de la banda fijada cada día por el banco emisor, al abrir el mercado en función de los tipos de interés del dólar y la peseta, y que varía durante el transcurso de la mañana según se vayan comportando la oferta y la demanda dentro de esa banda de intervención.

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