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Catorce días de infructuosos esfuerzos

La fallida cumbre de Trípoli es la pequeña historia de catorce días de lamentables e infructuosos esfuerzos para poner en marcha una conferencia que tenía como marco una Yamahiria en tensión diplomática con varios países de Africa.

El Consejo Ministerial, que debía haber comenzado el 26 de julio, no logró jamás reunir el quórum de 34 países necesario para dar comienzo a las deliberaciones oficiales. Para romper el bloqueo, la delegación de Nigeria, apoyada por Libia, logró que la representación de la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) aceptara suspender voluntaria y temporalmente" su participación en la cumbre, a cambio de poder participar en las reuniones de ministros de Asuntos Exteriores.

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A pesar de ello, los ministros no lograron rebasar jamás el marco de las reuniones informales, mientras la diplomacia libia desplegaba enormes esfuerzos para congregar a los diecinueve países ausentes. Trípoli conseguió adoptar una moción para celebrar la cumbre inmediatamente después de las reuniones informales de ministros.

Este nuevo intento no dio ningún resultado. El 5 de agosto, fecha en que debía inaugurarse la cumbre, los veintiocho jefes de Estado o sus representantes llegados a la capital libia se limitaron a reunirse entre ellos en sus residencias.

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