_
_
_
_
_
Campaña al Parlamento andaluz

La ausencia del partido de Manuel Clavero potencia la opción nacionalista del PSA

El anuncio hecho semanas atrás por el ex ministro Manuel Clavero de que no competirá en las elecciones al Parlamento andaluz ha dejado en un lugar cómodo al Partido Socialista de Andalucía (PSA), que presenta su oferta electoral desde un enfoque nacionalista, parcela que pretende defender en exclusividad. Precisamente esta posición está siendo atacada severamente por el resto de los partidos, caso de Unión de Centro Democrático (UCD) que en su programa político hace referencias a "nacionalismos inventados o reflejos" o el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que, en palabras de Rafael Escuredo, habla de "presuntos nacionalismos".

Un alto dirigente del PSA indicaba ayer a este periódico que su organización se ha propuesto plantearse con seriedad la campaña, por lo que no tiene intención, de momento, de entrar en una guerra dialéctica. "Estamos dispuestos", indicaba, "a respetar a los partidos y, sobre todo, a las personas. No sólo queremos que se sepa que vamos a intentar cumplirlo".El PSA es el único partido que aún no ha hecho una presentación de su programa de gobierno, que está en imprenta. La precampaña ha sido bastante suave y sin grandes alardes publicitarios, actitud que parece que este partido va a mantener en estos días. Esto lo justifican sus dirigentes en el corto presupuesto (setenta millones de pesetas) destinado para la campaña y en otras iniciativas electorales, diferentes a los tradicionales mítines y actos de masas, que estarían centradas en un contacto directo de los candidatos con el ciudadano dentro del ambiente Popular.

Sin embargo, el PSA sabe que tiene varios aspectos a su favor en esta campaña, uno de los cuales sería la ya citada exclusividad en la oferta nacionalista, que aunque es rechazada por importantes sectores tiene en cambio cierta resonancia popular, en muchos casos por mero esnobismo, a pesar de su escaso aval histórico.

Capitalizar la gestión municipal

Otro aspecto, quizá el que más atención llama a los observadores políticos, es el hecho de que su candidatura por Sevilla sea encabezada por el actual alcalde de esta ciudad, Luis Uruñuela, candidato asimismo a la presidencia de la Junta de Andalucía, y seguida, en segunda posición, por Alejandro Rojas Marcos, secretario general del PSA.Uruñuela, presidente de este partido, ha jugado bien, en opinión de estos observadores, la baza municipal estos años de ayuntamiento democrático, sabiendo desmarcarse en momentos conflictivos de cualquier compromiso adquirido con los partidos que en su día apoyaron su elección. Sevilla es precisamente la única capital de provincia que cuenta con alcalde del PSA, fruto del pacto de izquierda que hizo posible tras las elecciones municipales que seis de estas capitales fueran gobernadas por alcaldes del PSOE y las restantes por uno del PSA y otro del PCE.

La candidatura del PSA, que incluye en los primeros puestos a los dos líderes históricos de la organización, podría tratarse de un golpe de efecto en la provincia de Sevilla, la de más electores y número de diputados, solo probablemente contrarrestado por el PSOE, que presenta por esta provincia a su candidato oficial, Rafael Escuredo, también sevillano, aunque nacido en la provincia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Se dá la circunstancia de que, dejando aun lado a Alianza Popular, que no tiene reconocido candidato a la presidencia de la Junta, el resto de los partidos presenta a sus líderes fuera de Sevilla, caso del centrista Luis Merino en Málaga o el comunista Felipe Alcaraz en Jaen. El hecho de que en el orden establecido en la lista sea primero Uruñuela y después Rojas Marcos ha creado todo tipo de especulaciones, ya que en el ánimo de muchas personas sigue siendo el segundo el hombre fuerte del PSA.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_