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Otro cementerio clandestino ha sido denunciado en El Salvador

., La Comisión de Derechos Humanos de El Salvador denunció ayer, a cinco días de las elecciones, la existencia de otro cementerio clandestino en el acantilado marino de La Perla, en el departamento de La Libertad, a unos 65 kilómetros de San Salvador. El lunes, la guerrilla realizó una nueva incursión en la capital salvadoreña, donde incendió diecisiete autobuses en una serie de ataques relámpagos realizados en diferentes barrios de la capital.Aunque la mayoría de los cadáveres arrojados por el acantilado son tragados por el mar, la comisión mostró a la Prensa fotografías de una calavera y dos cuerpos estrellados contra las rocas. Una mujer de unos 45 años, que buscaba a su marido, detenido por la Policía de Hacienda el pasado 2 de marzo, fue la que casualmente encontró este cementerio.

La mujer explicó a los periodistas que desde que su marido dejó la fábrica en la que trabajaba, su antiguo patrón no dejó de amenazarle, escudándose siempre en un pariente suyo, de apellido Landaverde, que es comandante de la Policía de Hacienda.

El 2 de marzo, acababa de dejar en casa unos tomates traídos de Guatemala, cuando le capturaron varios policías que se le llevaron en una camioneta. En el cuartel negaron en todo momento a la mujer que el detenido estuviera allí.

Un militar que es familiar del desaparecido prometió investigar el caso. Le encontró finalmente en una pequeña celda golpeado y sin conocimiento. "Fue a por un médico para atenderle, pero cuando regresó ya se le habían llevado para matarle", explica la mujer. El comandante de la policía le dijo luego al militar: "Si tanto te interesa ese hijo de puta de guerrillero, anda a buscarlo por la frontera de Guatemala". La esposa empezó su búsqueda por la carretera del litoral. Desde La Perla caminó cinco kilómetros. Finalmente, un campesino le dijo que por el acantilado venían todas las noches a echar cadáveres al mar y que ese día habían tirado lo menos veinticinco.

Sólo con un equipo de alpinismo puede bajarse por las rocas hasta una playa, en la que se ven algunos restos humanos. La presencia de zopilotes en bandadas denuncia que aquí tienen carroña con frecuencia. La Comisión de Derechos Humanos piensa que este nuevo caso de asesinato, atribuido a la Policía de Hacienda, demuestra una vez más que los cuerpos de seguridad siguen capturando gente para luego matarla.

Las denuncias por desapariciones, que disminuyeron en los dos primeros meses del año, se han intensificado durante las últimas semanas, atribuidas casi siempre a las distintas policías salvadoreñas.

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En todo el país han proliferado los controles, en previsión de ataques guerrilleros que hasta ahora no se han producido. El Ejército realiza una operación en Chalatenango, mientras la guerrilla incendiaba el lunes otros diecisiete autobuses en la capital.

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