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Uno de los 'cerebros' de las Brigadas Rojas condena la lucha armada y pide a sus militantes que se rindan

Juan Arias

"La lucha armada es una locura. Es una alucinación que niega la realidad, niega la historia, niega la sociedad y quema todos los vínculos de clase". Esta afirmación es de Enrico Fenzi, catedrático de Filosofía y Letras de la Universidad de Génova, condenado a doce años de cárcel y considerado desde siempre como uno de los cerebros más lúcidos de las Brigadas Rojas.

Fenzi tiene 44 años y es cuñado de Giovanni Senzani, el otro intelectual brigadista capturado en Roma por la policía y que tenía en su poder todos los planes para atacar la sede central de la Democracia Cristiana en la capital. Fenzi había sido detenido en Milán junto con Mario Moretti, el número uno de la columna romana de las Brigadas Rojas y el gran inquisidor de Aldo Moro durante sus 55 días de cautiverio.

Desilusión

En una carta de seis folios, el intelectual genovés confiesa desde la cárcel su desilusión por la lucha armada, pero al mismo tiempo afirma que "no es un arrepentido" y que, por tanto, "no hablará" ni "denunciará a nadie". Hace, eso sí, una llamada a cuantos siguen aún en la clandestinidad con las armas en la mano para que se rindan y se den cuenta de que esta lucha "es una locura que no tiene ya ninguna probabilidad política de éxito".Precisamente alrededor de este importante personaje se habían registrado una serie de muertes misteriosas: Francesco Berardi, que había sido su acusador, se suicidó en la cárcel, a dos pasos de la celda en la que estaba detenido Fenzi; el sindicalista comunista Guido Rossi, que fue el primero que habló de Fenzi como posible brigadista rojo, fue asesinado por las Brigadas Rojas, y, por último, su abogado, Edoardo Arnaldi, acusado de estar en connivencia con el terrorismo de la extrema izquierda, se disparó dos tiros en su despacho y cayó muerto a los pies de los carabinieri que fueron a detenerle.

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