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Amplia distancia entre el reparto de renta en España y Europa

El Instituto de Estudios Económicos presentó ayer, en un acto al que asistió el presidente de la CEOE, Carlos Ferrer, el libro La distribución funcional de la renta en España y en la Comunidad Económica Europea, escrito por un equipo dirigido por Ana Yabar Sterling, catedrática de Economía Política y Hacienda Pública y vicerrectora de la Universidad de Alcalá de Henares.Según los autores, entre ellos Ricardo Calle Sáiz, catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal de la Universidad Complutense de Madrid, el estudio rompe una serie de tópicos acuñados por viejos maestros. Los dos más llamativos son que la equidad en la distribución de la renta dependa del aumento de participación de las rentas salariales en el reparto de la tarta, y que esto se produzca en épocas de auge económico.

Para ello, los autores aportan una metodología propia. En lugar de utilizar las habituales estadísticas sobre estructura de la renta nacional bruta, facilitadas por la OCDE, consideran más acertados los datos sobre renta de las economías domésticas en cinco países: España, Alemanía Occidental, Francia, Inglaterra e Italia.

Las primeras estadísticas señalan que, salvo Alemania federal donde la Administración pública absorbe más del doble, España es el país en que menor participación en la renta nacional bruta tienen las familias: 75,2% en 1970 y 75,5% en 1978. En Alemania dichos porcentajes han pasado de 74,6%, al 70,4%, en Francia del 77,2% al 81,5%, en Inglaterra del 71,5% al 77%, y en Italia del 85,1% al 90,3%.

Por el contrario, la metodología utilizada en el libro, depurada con el número de asalariados, entre otros factores, lleva a los autores a resaltar que el aumento de la participación salarial en la renta de las economías domésticas ha crecido en España más que en los otros países durante la pasada década, debido a las mayores cotizaciones a la Seguridad Social y al efecto no resdistributivo de los impuestos directos. Asimismo, observan que en los otros cuatro países el aumento tuvo mayor velocidad antes de la crisis económica de 1973, mientras que en España el alza se acelera durante la recesión económica. En los cinco casos, los salarios superan el 60% de las economías domésticas. Una de las conclusiones resultantes es que en España las rentas no salariales han tendido a disminuir su importancia, si bien el excedente empresarial ha decrecido de forma acentuada y los intereses y dividendos han tenido un comportamiento más sostenido.

El presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, recogió tales conclusiones para insistir que la reflexión sobre el reparto entre trabajadores y capitalistas debe trasladarse al abanico salarial, como medio de recompensar el esfuerzo y la capacidad. También dijo que debe superarse la insuficiencia del nivel de beneficio para hacer las empresas más competitivas.

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