Enrique García Asensio, el español que vino de Londres
Volvió la Orque sta Inglesa de Cámara al escenario del Real, esta vez sin director invitado, con su concertino-director al frente. Se trata de José Luis García Asensio, instalado en la capital británica desde 1961 y en donde goza de un prestigio y una autoridad muy notables.Una de las actividades permanentes de García Asensio en Londres se desarrolla, precisamente, con la Orquesta Inglesa de Cámara, agrupación formada por excelentes instrumentistas y que, cada año, actúa más de doscientas veces en el Reino Unido y fuera de él. De la madurez técnica e interpretativa de la Orquesta de Cámara Inglesa puede hablar la virtuosista interpretación del Divertimento, de Bela Bartok, escuchado ahora, después de una tensa y expresiva ejecución de la Chacona, de Purcell-Britten.
Teatro Real
Orquesta Inglesa de Cámara.Director-concertino: José Luis García Asensio. Obras de Purcell, Bartok y Vivaldi. 24 de noviembre.
Exhibir una disciplina y una cohesión que, al no obedecer las puntuales indicaciones de una batuta, cobra carácter de voluntariosa unidad -en el estilo instrumental y en el concepto ideológico- es algo singularmente valioso. La música nos lleva a través de una forma de hacer que podríamos denominar «disciplina en libertad», gracias a la cual todo es flexible, y significativo; pulso antes que metro, vida y no matemática.
Con José Luis García Asensio de protagonista escuchamos Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi, que, por sí solas, y a pesar de su estrecha unidad, desmienten la célebre Boutade, de Stravinsky, sobre el veneciano: «Ese hombre enojoso, capaz de escribir trescientas veces el mismo concierto ».
García Asensio y sus músicos, con un estilo impecable, un aliento fuertemente sugestivo, una transparencia sin mácula y un poder expresivo que brota de la más honda intencionalidad para hacerse calidad sonora, tocaron excelentemente las estaciones. Fue una versión ajustada a las normas tradicionales, igualmente fiel a lo constructivo y a lo cantable, al fondo objetivista y a cierta dosis de descriptivismo que en él se aloja.