La Orquesta Sinfónica de Málaga inicia su temporada
Con su participación en el I Festival de Música Pablo Ruiz Picasso, organizado por el Ayuntamiento malagueño, la Orquesta Sinfónica de Málaga ha iniciado su temporada 1981-1982. Desde su ya lejana fundación, en 1945, por el maestro Gutiérrez Lapuente, y su presentación en febrero del año siguiente en un concierto de la Sociedad Filarmónica, con el pianista Leopoldo Querol de solista, la Orquesta Sinfónica de Málaga ha sobrevivido a toda suerte de vicisitudes adversas, casi siempre originadas por la falta de medios.A este nuevo impulso, además de la junta directiva de la orquesta, que funciona democráticamente, ha contribuido el nombramiento de Octa Calleya como director musical asociado. Calleya nació en Rumanía y se graduó en el Conservatorio de Bucarest, pero lleva algunos años residiendo en España. donde ha sido titular de la Orquesta de Valladolid y dirigido otras muchas, entre ellas la Nacional.
La temporada consta de dieciocho conciertos (trece dirigidos por Calleya y cinco por directores invitados) y en ella se van a interpretar cerca de setenta composiciones, de las cuales cuarenta suponen estrenos para la orquesta.
Destacan algunos conciertos monográficos, como el que se ha dedicado a Brahms al inaucurar la temporada, en el que intervino la profesora del Conservatorio Gloria Emparán como solista de piano del Concierto nº1; los dedicados a George Enescu (1881-1955) y Bela Bartok (1881-1945) en sus respectivos centenarios y el dedicado a Wagner, en el que se estrenará la Sinfónía en do mayor del gran operista alemán.
Hay tres programas dedicados a la música española con cuatro estrenos absolutos (de R. Roldán Samiñán, Miguel Angel Coría, A. García Jiménez y Antonio Rozas)-, uno a la música del siglo XX, otro a «la música vienesa (Calleya, además de Celebidache y Franco Ferrera, ha perfeccionado estudios con Swarowsky y Friedrich Cerha) y varios sinfónico-corales. En ellos intervendrá la coral malagueña Santa María de la Victoria, que dirigac Manuel Gámez, con obras como La creación, de Haydn; Réquiem, de Fauré; Choros número 10, de Villa-Lobos, y Miserere, del compositor romántico malagueño Eduardo Ocón (1833-1901).
