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Tribuna:TRIBUNA LIBRE / ELECCIONES GALLEGAS
Tribuna
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Las causas del triunfo de AP

El comportamiento político de UCD, principalmente, pero también el radicalismo de varios grupos izquierdistas gallegos, abrieron la victoria a Alianza Popular. Otras razones sociológicas y económicas específicamente gallegas contribuyen a la explicación de las circunstancias. Finalmente, el interrogante que hacia el futuro plantea el autor es el destino de un electorado de izquierda no marxista.

La primera impresión que se obtiene del inesperado triunfo de AP en estas elecciones. es de sorpresa, incluso para el propio Fraga. Pero hagamos un análisis de los factores que han propiciado ese resultado y, poco a poco, la sorpresa se transformará en el lógico corolario de una situación.En primer lugar, el señor Fraga puede estar sinceramente agradecido a UCD, principal impulsor de su triunfo, circunstancia que, a su vez, nos descubre el contenido ideológico del partido del señor Suárez, del señor Calvo Sotelo, del señor Rodríguez Sahagún, del señor Rosón, del señor Martínez Villa y un largo etcétera, cuyo aliviadero natural, al desbordarse su cauce, es, en gran parte, la derecha recalcitrante y franciscana que, celosa de sus privilegios, pretende conservarlos -con bastante éxito, por cierto- cubriéndose con un burdo sayo de democracia.

Pero también la izquierda participa, de forma inconsciente, en el triunfo del señor Fraga, a quien, con la proliferación de partidos radicalizados y unas reivindicaciones nacionalistas extremadas y absurdamente marxistas, facilitan elementos para erigirse en adalid de la unidad de España y trenzar sus patrioteros tirantes.

Hay también otros factores que han influido en ese resultado. Uno e importante ha sido la ausencia del voto emigrante. Unos 300.000 censados no han podido ejercer su derecho a votar.

Ha faltado, igualmente, el voto de los jóvenes de dieciocho años.

Por último, hay que tener presente que una gran parte del electorado gallego es de tipo mixto: se trata del pequeño propietario que simultánea el trabajo en su parcela con el de la fábrica. Este trabajador se muestra exigente y socializante en cuanto se refiere a sus derechos laborales, pero su espíritu conservador se impone en cuanto propietario.

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A través de este somero análisis no resultan convincentes las justificaciones de los portavoces del partido del Gobierno alegando que el resultado de estas elecciones gallegas no puede extrapolarse a otras regiones, o que se ha carecido de un líder gallego carismático y catalizador que atrajese al electorado. Se olvidan estos portavoces que cuando ya se ejerce el poder son el programa y las acciones de Gobierno los que influyen en el voto y que, por tanto, en los momentos actuales, esté resultado adverso para UCI) puede repetirse en cualquiera otra región.

Y ahora surge una pregunta: si llegados los socialistas al poder, que en estas elecciones han obtenido un resultado satisfactorio, máxime si lo comparamos con el notable retroceso del PC, y el natural desgaste del Gobierno produjera un desplazamiento en la masa que le apoya, que indudablemente no es de derechas, ¿hacia dónde se dirigirían los disidentes?

En estos momentos sólo hay tres opciones: aquellos de acendrado espíritu marxista abocarían en el PC o en el ala más radical del PSOE, que capitanea Pablo Castellanos. La tercera opción, reservada a aquellos que en el PSOE aprecian unas cualidades de tipo social que no son marxistas, es la inhibición, al no existir en la izquierda un partido potente no marxista que agrupe la gran masa liberal que otrora cubría el paraguas de la ideología republicana, progresiva y europeísta, hoy dispersa. Es un vacío que habrá que llenar si realmente no queremos que los cambios de poder nos lleven a peligrosos desequilibrios que impidan la consolidación de la democracia y de esa gran obra, que es de todos, y que se llama España.

Santiago Rodríguez Salinas es secretario de la agrupación local de ARDE, en Redondela.

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