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El debate de la OTAN

El Congreso da vía libre al Gobierno para la integración de España en la OTAN

El Congreso de los Diputados autorizó anoche al Gobierno para que proceda a culminar el proceso de adhesión de España al Tratado del Atlántico Norte. Los partidos mayoritarios de la derecha española, UCD, Coalición Democrática, PNV y Convergencia i Unió, suscribieron, con un total de 186 votos, en los que se incluyó el diputado navarro Aizpún, del Grupo Mixto, la iniciativa del Gobierno, que deberá ser refrendada por el Senado en el curso del mes de noviembre, antes de que se inicie el definitivo proceso de adhesión de España a la Alianza Atlántica y a su organización militar integrada. Probablemente el Pleno del Senado se celebrará el día 16 del próximo mes.

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Texto íntegro de la autorización al Gobierno

En contra de la integración en el bloque atlántico votaron los primeros partidos de la izquierda parlamentaria, PSOE, PCE, PSA, y la gran mayoría de los miembros del Grupo Mixto, entre ellos, Tamames, Sagaseta, Gómez de las Roces, Pi Suñer y Clavero Arévalo. En total, la izquierda sumó 146 votos en contra de la participación hispana en el marco militar aliado.Con la votación de ayer en el Congreso y el cierre del debate en esta Cámara baja se puede afirmar que el Parlamento español ha dado luz verde a la iniciativa del Gabinete Calvo Sotelo para proceder a la adhesión a la OTAN. El trámite del Senado será simplemente una confirmación del resultado de ayer, y no se espera, salvo sorpresas por parte de los propios países de la OTAN o incidencias nacionales o internacionales de mayor relieve, que este paso dado por el Ejecutivo pueda ser entorpecido o alterado en los próximos días.

Sí habrá, como lo anunció el secretario general del PSOE, Felipe González, otras iniciativas, tales como la convocatoria de una gran manifestación en favor de la paz, a la que comunistas y andalucistas dieron ayer su expreso apoyo en el Congreso. También ambos partidos sostuvieron la iniciativa socialista de recurrir al Tribunal Constitucional contra este procedimiento de adhesión, y en última instancia se declararon también de acuerdo con la idea del líder socialista de provocar, si el PSOE llega al Gobierno en las próximas elecciones, un referéndum nacional para pedir la posterior salida de España de la OTAN.

Pocas novedades surgieron, por otra parte, en la discusión de ayer del Pleno del Congreso.

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Rechazadas las propuestas de la izquierda que exigían garantías explícitas sobre Ceuta, Melilla y Gibraltar

Viene de primera páginaLos hechos más significativos del debate de ayer fueron, sin embargo, la intervención del ministro de Defensa, Alberto Oliart, y las votaciones parciales que los partidos de la oposición impusieron como enmiendas a la posición del Ejecutivo en cuestiones colaterales a la adhesión atlántica y relativas a la nuclearización del territorio español, a la recuperación de Gibraltar, a la defensa de Ceuta y Melilla, y al de que las condiciones de adhesión, que negocie el Gobierno sean de nuevo sometidas a la aprobación de la Cámara.

Sobre la intervención del ministro de Defensa, hay que señalar que el responsable del Gobierno no clarificó en nada las interrogantes que le fueron planteadas por el líder de la oposición, Felipe González, relativas a la contradicción existente entre las prioridades de la defensa española con vista al flanco sur de la Península Ibérica y las prioridades defensivas de la OTAN, siempre orientadas al Pacto de Varsovia. Tampoco el ministro Oliart pudo demostrar la existencia de un flanco junto de defensa y de sus objetivos o futuras conexiones con el sistema defensivo aliado. El ministro insistió una y otra vez en la amenaza soviética y en el poderío militar de la URSS como única respuesta a las interrogantes socialistas.

Sí constituyó una novedad el ver a los partidos de la derecha votar en contra de las enmiendas que pedían garantías explícitas en el protocolo de adhesión de España a la OTAN en lo que se refiere a la defensa de Ceuta y Melilla o la previa recuperación de Gibraltar antes de ingresar en la Alianza. Tampoco los partidos de derecha aceptaron la inclusión de una cláusula de desnuclearización del territorio español en dicho protocolo.

Sin novedades políticas

El Gobierno y la derecha parlamentaria cubrieron estos expedientes con unas recomendaciones anejas a la autorización de adhesión, en las que se pedía al Gobierno que se ocupara de estos temas en defensa de los intereses españoles durante las negociaciones y procedimiento de adhesión, pero no antes de los mismos, y sin incluirlas en los textos oficiales de integración en la OTAN.

Al margen de estas dos cuestiones hay que señalar que en los turnos de fijación de posiciones no hubo novedades políticas por una y otra parte. UCD, Coalición Democrática, Minoría Catalana y Minoría Vasca, reiteraron sus tesis proatlánticas.

La posición fue más precisa en el final de este debate, y expuso la lista de razones concretas de su postura contraria al ingreso en la OTAN.

El diputado andalucista Alejandro Rojas Marcos subrayó, en su intervención, que una conclusión que debía obtenerse de este debate, en el ámbito de la izquierda, debería ser la oposición a la renovación de las bases militares norteamericanas en España por parte de todos los partidos de la izquierda, con alusión indirecta aquí al PSOE. Rojas Marcos dijo que al explicar el Gobierno las ventajas de la adhesión a la OTAN, suponía que había razones ocultas que justificaban este paso y que éstas coincidían con la llegada al poder de la Administración Reagan.

Carrillo pide apoyo al Rey y a la democracia

Santiago Carrillo, por el Partido Comunista, insistió en la debilidad del proceso democrático español, en la necesidad de haber hecho una consulta popular sobre este tema, en el cambio de prioridades de la política exterior e interior efectuado por el Gobierno anteponiendo la cuestión de la OTAN y dio como ejemplo de las dificultades internas que atraviesa España la sentencia militar hecha pública el miércoles en Madrid que, según sus propias palabras, le causó estupor y alarma. Carrillo, después de criticar duramente el comportamiento de la televisión española en la cobertura del debate, concluyó su intervención haciendo un llamamiento sobre la crisis interna española, diciendo que las fuerzas políticas, más allá de este debate, debían apoyar al Rey y luchar prioritariamente por la defensa de la democracia.

Por último, Felipe González, en nombre de los socialistas, resumió los argumentos por los que su partido se opuso a la OTAN, que quedan como sigue: porque aumenta el riesgo de España lo convierte en país beligerante; porque lo convierte en objetivo estratégico de primer orden; porque no garantiza la integridad territorial, ni excluye la nuclearización; porque divide al país y permite injerencias de poderes extraños; porque la población rechaza la dialéctica armamentista; porque Ceuta, Melilla y Gibraltar quedan relegados en este proceso; y porque España perderá iniciativa en sus relaciones con los países latinoamericanos y árabes.

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