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El presupuesto de la RFA abre una grieta en la coalición gobernante

Después de dos días de discusiones, el Gobierno federal alemán llegó a un acuerdo sobre el presupuesto para 1982, pero los recortes presupuestarios y la necesidad de afrontar la crisis económica ha dejado al descubierto que la coalición entre socialdemócratas (SPD) y liberales (FDP) presenta brechas. Un proverbio alemán dice que "con el dinero se acaba la cordialidad", y la discusión sobre la fórmula de reducir el gasto público en el presupuesto de 1982 empeoró las relaciones entre los dos partidos que gobiernan en la RFA desde hace doce años. La necesidad de ahorrar y de no perjudicar a sus respectivas clientelas políticas puso de manifiesto las discrepancias entre socialdemócratas y liberales, hasta el punto que en los últimos días se habló con frecuencia, en Bonn, del final de la coalición.

En las declaraciones de algunos líderes socialdemócratas, concretamente del presidente del partido, Willy Brandt, se trasluce que lo único que mantiene la actual coalición es el deseo de evitar que llegue al poder la oposición democristiana.

Entre los socialdemócratas existe desconfianza respecto al compañero de coalición, y muchos se preguntan qué es lo que realmente quiere el presidente liberal, el ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher.

Un método para afrontar la crisis

La discrepancia fundamental de estos días se basa en el método para afrontar la crisis que afecta a un recorte de las prestaciones sociales y facilidades para la invasión, que favorece a los empresarios. Para los socialdemócratas, la "red de seguridad social" debe permanecer lo más intacta posible y las inversiones habría que fomentarlas en base a una mayor recaudación de impuestos y emplearlas en un plan contra el paro.

Al final se ha logrado un compromiso, pero en la discusión dentro del Gabinete, Genscher pidió que conste en acta las posibilida desde recortar las prestaciones al seguro de desempleo.

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A la propuesta del presidente liberal replicó el jefe del grupo parlamentario socialdemócrata, el viejo zorro Herbert Wehner, que participó en la reunión del Gabinete y pidió que constase en acta la posibilidad de poner en marcha un plan de inversiones si el paro aumenta. La coalición ha quedado debilitada después de la discusión de estos días. El secretario general socialdemócrata, Peter Glotz, declaró que "ahora no nos sirve de nada lamernos mutuamente las heridas. Ahora tenemos que resolver problemas".

Por falta de problemas no habrá que lamentarse. Las últimas cifras de parados se incrementaron hasta casi 1.300.000, la cifra más alta en esta época desde el año 1952.

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