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Un caza sirio y un avion-espía israelí, derribados ayer sobre territorio libanés

La aviación israelí derribó a mediodía de ayer un cazabombardero sirio Mig 25 al noroeste de Beirut, en lo que constituye el acontecimiento más grave desde que el viernes pasado entró en vigor un alto el fuego a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano. El piloto logró saltar en paracaídas antes que su avión se estrellase. Poco después, un avión de reconocimiento israelí no tripulado fue derribado en el espacio aéreo libanés por misiles antiaéreos SAM-6, instalados por Siria en la llanura de Bekaa, al este de Líbano, según anunció en la tarde de ayer la televisión libanesa.

El martes por la noche la radio estatal siria anunció que "si Israel sigue violando el espacio aéreo libanés, nuestro Ejército está dispuesto a enfrentarse a esos aviones y derribarlos".A lo largo de la línea de demarcación que separa al sector cristiano de Beirut del musulmán, los enfrentamientos armados se reactivaron en la noche del martes al miércoles. El sector este de la ciudad (cristiano) estuvo sometido a un intenso bombardeo por parte de las fuerzas sirias y progresistas libanesas.

Cazas Mig 25 sirios intentaron interceptar, a 45 kilómetros al noreste de Beirut, a varios aparatos israelíes que violaban el espacio aéreo libanés sobrevolando en misión de reconocimiento posiciones militares palestinas y de la Fuerza Arabe de Disuasión (FAD), integrada por soldados sirios.

El derribo del aparato sirio supone una grave amenaza para el alto el fuego logrado el pasado día 24 entre Israel y los palestinos, que ha sido violado en repetidas ocasiones por los vuelos de los cazabombarderos israelíes sobre Líbano -ayer rompieron nuevamente la barrera del sonido sobre Beirut- y los disparos de la artillería de los fedayin sobre el enclave fronterizo de las milicias cristianas del comandante Soad Haddad, aliado de Israel.

Los palestinos no consideran que el mencionado enclave esté incluido en el alto el fuego, e Israel opina que la interrupción de los combates no implica el cese de los vuelos de reconocimiento.

El primer ministro israelí, Menájem Beguin, declaró ayer que Israel "se ve obligado a continuar sus vuelos sobre el territorio libanés para saber lo que está pasando allí y, en caso de necesidad, poder atacar las bases palestinas sin poner en peligro a las poblaciones civiles".

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Por su parte, el viceministro de Defensa israelí, Mardoqueo Tzipori, que efectúa una gira en el norte del país, ha hecho varias declaraciones por la radio del Ejército israelí en las que reitera que su país "no volverá a tolerar el tipo de guerra que han padecido durante nueve días las localidades del norte de Israel".

Funcionarios que acompañaron a Tzipori indicaron, que si las hostilidades se reanudasen, la ineficacia de los anteriores métodos militares empleados por Israel, criticados por amplios sectores del Ejército y de la oposición, obligaría a los iudíos a ocupar el sur del Líbano hasta el río Zatirani, es decir, mas allá del río Litani. De esta forma el norte de Israel no podría ser ya bombardeado por la artillería.

En Estados Unidos, el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes, declaró que la Administración norteamericana "lamentaba profundamente el incidente" y precisó que este enfrentamiento no modificaría en ningún caso el embargo impuesto a la entrega de los aviones F-16 al Estado israelí.

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