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GP de Gran Bretaña de Fórmula 1

Los motores turboalimentados tienen ventaja

El Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1, novena prueba puntuable para el campeonato del mundo, se disputa esta tarde, en el rapidísimo circuito de Silverstone. En un trazado donde no se introduce la segunda velocidad ninguna vez, la tercera sólo tres veces, y el resto de los casi cinco kilómetros se recorre en cuarta y quinta, a más de trescientos kilómetros por hora, los motores turboalimentados de Renault tienen ventaja sobre los restantes. De ahí los buenos registros de Arnoux y Prost.El circuito de Silverstone es uno de los circuitos más clásicos y característicos de los muchos que existen en el Reino Unido. Casi sin medidas de seguridad, y con las escasas que existen muy lejos de cumplir los condicionamientos que la Federación Internacional exige a otros circuitos de otros países, es, además, extremadamente rápido, lo que pone más en precario las medidas de seguridad.

En sus casi cinco kilómetros de longitud, los pilotos tienen que utilizar su caja de cambios en dieciséis ocasiones. Eso supone un cambio de marcha cada cinco segundos, es decir, cada trescientos metros recorridos, cifra sensiblemente más cómoda que la de otros circuitos, mucho más enrevesados y que exigen más trabajo y esfuerzo por parte de los pilotos.

Después de trazar algunas de las pocas curvas de su recorrido a casi trescientos kilómetros por hora, y superar ampliamente esta velocidad en las largas rectas, los componentes del Circo completan una vuelta a un escalofriante promedio total superior a 235 kilómetros por hora.

En esas condiciones, los motores turboalimentados, como los de los Renault o los Ferrari, tienen ventaja. Su superior potencia y el hecho de no tener que hacer frecuentes cambios de régimen, al mantenerse casi a fondo durante todo el trazado, hace que este tipo de mecánicas sean capaces de ofrecer al piloto, de forma casi permanente, un 10% más de caballos de potencia que en los restantes motores de admisión atmosférica.

Así, los Renault están en condiciones de intentar renovar su victoria de la última carrera del campeonato, disputada en Francia, en un circuito de parecidas características al de Silverstone. Pero la oposición del brasileño Nelson Piquet y su siempre competitivo Brabham, y también de los Williams del campeón del mundo, Alan Jones -que en el trazado de Silverstone se encuentra particularmente a gusto- y del líder de la clasificación del campeonato del mundo, el argentino Carlos Reutemann, pondrá las cosas difíciles al equipo francés.

El problema de los Renault es que, hasta ahora, no han tenido ocasión de demostrar robustez, excepción hecha del Gran Premio de Francia, donde a la buena actuación de Alain Prost se alió la fortuna en forma de tormenta. Si la fragilidad de las carreras anteriores queda superada por la fiabilidad de la última, los Renault toman bien la salida, y aguantan el ritmo de las primeras vueltas, serán muy difíciles de batir. Porque, en esas primeras vueltas, la mayor cantidad de litros de gasolina que llevan estos coches, producto de su superior consumo de combustible, hace que pesen más que los otros y, por tanto, estén en desventaja.

Pero si superan bien esa fase -donde Piquet, los McLaren, Ferrari y Williams atacarán a fondo-, y no se rompen, los Renault pueden adjudicarse una victoria que haga que el campeonato siga tan abierto como hasta ahora.

La parrilla de salida, definitivamente, estará compuesta por los Renault de Arnoux y Prost, en la primera fila, separados entre ellos por sólo cuatro centésimas, mientras en la segunda estarán Piquet y Pironi; en la tercera, los McLaren de Watson y de De Cesaris, y en la cuarta, Alan Jones y Villeneuve. La carrera deberá quedar, pues, en un duelo, entre Renault, Ferrari, McLaren y Williams, con la presencia de Piquet entre ellos.

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