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Arrecian las críticas chinas contra la política norteamericana hacia Taiwan

La extrema violencia de las críticas chinas contra la actitud de Estados Unidos hacia Taiwan inquietan seriamente a Washington, en vísperas de la visita del secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, que llega hoy a Pekín.La República Popular de China ha denunciado en las últimas 48 horas, en dos ocasiones y con un tono especialmente duro, la contínuación del suministro de armas a Taiwan por parte de Estados Unidos.

La firmeza de la actitud adoptada por Pekín antes de que llegue Haig ha sorprendido y preocupado a los dirigentes norteamericanos, que han dado gran importancia a este primer contacto directo entre la Administración que preside Ronald Reagan y los dirigentes chinos.

Desde Hong Kong, el propio secretario de Estado norteamericano ha intentado calmar los ánimos de Pekín. Durante su escala previa en esta ciudad, eljefe de la diplomacia americana ha declarado que su viaje a China Popular «no es una misión de venta de armas, sea a Taiwan, sea a China».

En un primer momento, los dirigentes norteamericanos intentaron tranquilizar a Pekín con relación a sus intenciones hacia Taiwan, insinuando que China también podría recibir material militar de Estados Unidos.

Esta oferta, hecha hace una semana por un alto funcionario del Departamento de Estado, no ha tenido el efecto deseado. Por el contrario, ha provocado un claro endurecimiento de la posición china sobre el mantenimiento de vínculos militares entre Washington y Taibei.

Desde hace pocos días, funcionarios del Departamento de Estados dan a entender, en privado, que Estados Unidos podría reducir, poco a poco, sus ventas de armas a Taiwan, que actualmente alcanzan una cifra situada entre los setecientos y los ochocientos millones de dólares (entre 56.000 y 72.000 millones de pesetas) cada año.

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El Gobierno norteamericano quiere permanecer fiel a Taiwan; pero, al mismo tiempo, concede una gran importancia estratégica al desarrollo de sus relaciones con Pekín.

Protesta china contra el Vaticano

Mientras tanto, Pekín condenó ayer firmemente el nombramiento del nuevo obispo de Cantón, efectuado recientemente por Juan Pablo II. Según las autoridades chinas, se trata d, e una injerencia del Vaticano en los asuntos internos de la República Popular de China.Por su parte, la Iglesia católica oficial calificó la designación de Dominique Tang como ilegal. Tang se convirtió la semana pasada en el primer prelado chino designado por el Vaticano desde la ruptura de relaciones entre la Santa Sede y la República Popular de China en los años cincuenta.

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