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El funeral por el primado polaco Stefan Wyszynski se convirtió en un testimonio de unidad nacional

El funeral y entierro del primado de la Iglesia católica de Polonia, cardenal Stefan, Wyszynski, una ceremonia de cinco horas de duración, celebrada el domingo en Varsovia, sirvió para alrededor del ataúd a los tres pilares de la sociedad polaca actual: la Iglesia católica, el sindicato independiente Solidaridad y el partido comunista.

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Un mar de sotanas

Durante la misa, concelebrada en la plaza de la Victoria, de Varsovia, a la que asistieron unas 200.000 personas, se leyó un mensaje del papa polaco Juan Pablo II en el que pide treinta días de duelo por el primado, como manda la tradición eclesial, período que deberá caracterizarse por «oraciones especiales, tiempo de paz, de recogimiento y de reflexión». El Papa lamenta en su mensaje no poder dar testimonio de su dolor como quisiera, pero «confío que Dios me dará fuerzas de nuevo y se presentará la ocasión de hacerlo tal como lo siento». Esta frase induce a pensar que el Papa habría estado en el funeral del cardenal Wyszynski, si no hubiese sido herido en el atentado. Al mismo tiempo, el Pontífice expresa la intención de visitar en su día la tumba de Wyszynski.Con la petición papal de treinta días de duelo, días de paz y reflexión, puede decirse que el difunto cardenal ha rendido un último servicio a su patria, necesitada de una tregua social, especialmente en las próximas seis semanas, cuando se ha iniciado dentro del partido comunista una lucha ideológica abierta, cara al IX Congreso extraordinario del partido. Si las luchas internas del partido fuesen acompañadas de conflictos sociales, la situación podría volver a ser explosiva. Por eso la petición papal beneficia en estos momentos el desarrollo pacífico del país.

Todos coinciden en señalar el significado patriótico de la figura de Wyszyriski, desde el hombre de la calle hasta el primer secretario del partido comunista, Stanislaw Kania, que en la fábrica detractores de Ursus, en las cercanías de Varsovia, aludió al cardenal en términos laudatorios.

Kania habló en la reunión del partido en Ursus de la grandeza de Wyszynski, «no sólo un gran sacerdote, sino un ciudadano excepcional, el hombre del entendimiento entre la Iglesia y el Estado socialista. Es indiscutible que pasará a la historia como tal». En su discurso, Kania no omitió la referencia al período de persecución y encarcelamiento sufrido por Wyszynski al hablar de «amargas experiencias».

Todos los actos fúnebres estuvieron acompañados por la presencia permanente de gentes de Solidaridad. El líder del sindicato independiente, Lech Walesa, marchaba al lado de docenas de obispos y cardenales de todo el mundo, y con ellos iban también el jefe del Estado, Henryk Jablonski; el miembro del Politburó Kazimierz Barcikowsky el viceprimer ministro, Mieczslaw Rakowski

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Todos los actos estuvieron presididos por el enviado papal, secretario de Estado del Vaticano, cardenal Agostino Casaroli.

El testamento de Wyszynski

En su testamento, el fallecido primado de Polonia deja constancia de su amor a la patria. El testamento lo escribió Wyszynski el 15 de agosto de 1969, en el monasterio de Jasna Gora, donde se encuentra la Virgen negra de Chestokowa, y consta de veinte puntos en nueve páginas. El texto fue actualizado en el transcurso de los años.Wyszynski escribe en su testamento frases como «quiero a mi patria más que a mi corazón, y todo lo que hago para la Iglesia lo hago para mi patria». La identidad entre catolicismo y patriotismo era una de las constantes del pensamiento de Wyszynski. El cardenal escribió también que el espíritu de lucha por el honor y la libertad de la sociedad vencerán. Sobre su período de persecución y cautiverio, Wyszynski dijo que «me salvé de sentir odio a los que ejercían el poder, y les perdono las calumnias con las que me honraban».

El domingo se repartía ya en Varsovia una estampa y unas frases del testamento al dorso de un dibujo de la virgen y el escudo del cardenal, con su lema Soli Deo. Las frases que recoge la estampa son de una cierta ambigüedad y dejan abiertas varias interpretaciones.

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