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Tres nuevos asesinatos en el País Vasco

Asesinado en una calle de Basauri un teniente coronel retirado de la Guardia Civil

El teniente coronel retirado de la Guardia Civil Luis Cadarso San Juan fue asesinado en la mañana de ayer en Basauri (Vizcaya), localidad situada a ocho kilómetros de Bilbao, por tres jóvenes que casi a quema ropa le dispararon cuatro tiros de pistola -que le causaron la muerte instantánea- cuando se dirigía a comprar el periódico a un quiosco situado a un centenar de metros de su domicilio. El diputado peneuvista José María Makua, presidente de la Diputación Foral y de las Juntas Generales de Vizcaya, que en ese momento estaban reunidas en Guernica, calificó el atentado como «un acto más dentro de una guerra sucia, cruel y cobarde».

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El atentado contra el teniente coronel retirado se registró hacia las 11.15 horas de la mañana, junto a un quiosco de revistas situado en el cruce de las calles Autonomía y Nagusia. Luis Cadarso San Juan había salido un cuarto de hora antes de su domicilio, situado en el número 8 de la plaza de España. Se dirigió, andando, hacia una peluquería situada en el número 9 de la calle Nagusia, que hace las veces también de despacho de quinielas. Un empleado del establecimiento, del que era cliente la víctima, le comentó que habían matado a un teniente retirado del Ejército en San Sebastián. «Así es la vida: un día les toca a unos y cualquier día nos puede tocar a otros», comentó Luis Cadarso, mientras rellenaba un boleto de ocho apuestas.Minutos después se dirigió por la calle Nagusia a un quiosco situado en el cruce de la citada calle con la de Autonomía, frente al cinema social y a unos cincuenta metros de la parroquia. A escasos metros del mismo se le acercaron tres jóvenes, dos de los cuales le dispararon, casi a quema ropa, cuatro tiros de pistola, alcanzándole dos de ellos en el corazón y en la sien, produciéndole la muerte instantánea.

El empleado del mencionado quiosco, Juan Bautista Olgado, relató a EL PAIS la película de los hechos. «Momentos antes del atentado vi como tres jóvenes trataban de sustraer por la fuerza un Mercedes de color negro que estaba estacionado casi enfrente del quiosco, en la acera de la calle Autonomía que da a la parroquia. Como se resistía el conductor a abandonar el coche, le sacaron a la fuerza, y para intimidarle le hicieron un disparo en un pie (posteriores testimonios confirmaron que le rozó el borde de goma del zapato sin herirle). Estaban tan nerviosos que no lograban meter las marchas y dejaron el Mercedes cruzado en la calle. Pensé que el disparo era de fogueo. Cuando se me estaba empezando a pasar el susto, segundos después, oí en la parte derecha del quiosco, en la pared que quedaba fuera de mi vista, cuatro detonaciones muy seguidas que sonaron como cohetes. Me quedé paralizado».

Coincide este testimonio con el de otros transéuntes, que afirmaron que tras realizar el atentado los tres jóvenes (aseguraron que ninguno de ellos era mujer) se dirigieron hacia la derecha, por la calle Nagusia, en dirección al Ayuntamiento. Trataron de apoderarse de un R-6 de color blanco que, conducido por un mecánico, pasaba por el lugar, pero desecharon la idea al comprobar que el chivato de la gasolina marcaba reserva. Metros más adelante lograron su objetivo, al apoderarse de un Seat 131, de color marrón, con el que se dieron a la fuga.

En el lugar del atentado se encontraron casquillos de 9 milímetros Parabellum. Como dato simbólico cabe señalar que en la pared del quiosco, situada junto a la acera donde cayó mortalmente herido Luis Cadarso San Juan podían verse varias tiras de papel correspondientes a la campaña lanzada por Euskadiko Ezkerra, con el lema «Dad una oportunidad a la paz».

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El teniente coronel Cadarso fue trasladado, en un primer momento, a la parroquia de Basauri, y, posteriormente, al depósito de cadáveres del cementerio de la localidad.

Nacido en 1917 en Vitoria, casado y con tres hijos, Luis Cadarso San Juan había abandonado el servicio activo en 1975, tras ocupar durante varios años el cargo de segundo jefe de la comandancia de la Guardia Civil en Vizcaya, en el cuartel de la Salve, de Bilbao. Retirado con el título de teniente coronel honorario de la Guardia Civil, vivía desde hace años en Basauri, donde hacía una vida normal, sin ningún tipo de medida preventiva. A los amigos que le aconsejaban que anduviera con cuidado les contestó siempre: «Yo nunca he hecho daño a nadie, y por eso no temo que atenten contra mi vida».

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