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Nuevos síntomas de tensión en la crisis de Polonia

Las bases del POUP critican la Iínea "dura" en el seno del partido

En diversas reuniones con las organizaciones de base, militantes del partido comunista polaco se enfrentaron dialécticamente con altos dirigentes y pidieron explicaciones a los que se oponen a la línea de la odnowa (renovación).En Polonia reina una cierta confusión por la suspensión, por indisposición, del primer ministro, general Wjociech Jaruzelski, de la reunión del Parlamento prevista para ayer, lunes, y por la asistencia a los congresos de los partidos comunistas checo y búlgaro de representantes de la línea dura. Miembros del buró político asistieron a varias reuniones en las organizaciones del partido en las empresas para discutir con las bases los acuerdos del noveno pleno del Comité Central. En los encuentros con las bases, el representante de la línea dura en el buró político, Stefan Olzowski, tuvo que afrontar fuertes críticas en una mina de Silesia y en la siderurgia de las cercanías de Varsovia Huta Warszawa.

Olzowski, junto con el también miembro del buró político Tadeusz Grabski y el suplente Roman Ney, ofrecieron en la última reunión del pleno del Comité Central la dimisión de sus puestos, que no fue aceptada. Estos tres dirigentes forman parte del grupo de los duros, el grupo de «cemento» en la jerga política de Polonia.

En la mina de Myslowice, en Silesia, Olzowski tuvo que escuchar las críticas de un ingeniero contra los que no comprenden la nueva situación y que deben dejar sus puestos; el ingeniero añadió que «nosotros no sabemos si usted es de los que se oponen al proceso de renovación».

Olzowski argumentó que él no está pegado a su asiento y que está dispuesto a dejar su puesto. En la siderurgia Huta Warszawa, una de las empresas más combativas en el cinturón industrial de Varsovia, Olzowski dijo que en el partido hay pluralidad de opiniones y explicó que él y Grabski habían ofrecido su dimisión al pleno del Comité Central: «No hay que avergonzarse de dimitir por diferencias políticas, pero hay que avergonzarse de ensuciarse las manos».

El primer secretario del partido, Stanislaw Kania, dijo en una fábrica de radios de Varsovia que hubo disputas en el noveno pleno del Comité Central, «quizá todavía demasiado pocas». Kania prometió que se llevará adelante la limpieza del partido de forma más enérgica todavía.

También en los astilleros de Gdansk hubo críticas a las resoluciones del último pleno, en presencia del jefe local del partido y miembro del Buró Político Tadeusz Fiszbach, que está considerado como uno de los «renovadores».

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Las bases del partido no comprenden que los duros permanezcan en sus puestos, y menos todavía que representen oficialmente al partido en el exterior. Al congreso del partido comunista búlgaro asistió Grabski, y ahora, en Praga, Olzowski representa al partido polato.

La permanencia de los duros en el buró político se considera por algunos observadores como una forma de tranquilizar a los países aliados, porque si hubiesen cesado en sus puestos habría quedado la puerta abierta para una «petición de ayuda a los países hermanos».

En Polonia provoca inquietud el aplazamiento hasta el próximo viernes de la reunión del Parlamento, en la que el primer ministro, general Jaruzelski, iba a presentar su informe sobre la situación del país. La situación ayer en Polonia era de calma total.

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