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El Consejo Castellano-Leonés cerró el ejercicio de 1980 con 212 millones de supéravit

El Consejo General de Castilla y León ha cerrado el ejercicio de 1980 con un superávit de 212 mIllones de pesetas, pese a que la región castellano-leonesa es una de las más necesitadas a todos los niveles y carece de estudios serios sobre sus posibilidades, fuentes de riqueza e infraestructura. Lo curioso del caso no es el superávit en sí, sino que al ente preautonómico de Castilla y León le han sobrado el pasado año 42 millones más de los que presupuestó el Gobierno para él.La Administración central arbitró para el Consejo General castellano-leonés solamente 170 millones de pesetas. Ocurre, sin embargo, que en el ejercicio de 1979 también se registró superávit, esta vez de 144 millones, que, unidos a los 170 de 1980, arrojan un total de 314. El Consejo General gastó únicamente 102 millones de pesetas.

Fuentes cercanas al ente preautonómico reconocieron que el sobrante ascendía a 212 millones, pero indicaron que «no se puede hablar de superávit, sino de créditos, que, en algunos casos, ya están invertidos, aunque no pagados a sus destinátarios, y, en otros, presupuestados». Uno de los proyectos en que se piensa invertir más dinero (55 millones) es un concierto con el Instituto Geológico y Minero, para realizar estudios en el suelo y subsuelo de la región. También se intentará potenciar la conservación del patrimonio histórico-artístico, la educación especial y las atenciones a bibliotecas y centros deportivos, y se destinará una cantidad a subvenciones por puesto de trabajo creado.

Polémica sobre la eficacia

La noticia del superávit ha vuelto a desatar la polémica en torno a la ineficacia del Consejo General de Castilla y León. Desde que el 22 de noviembre, su presidente, el senador centrista García Verdugo, presentó en León las líneas maestras de su actuación y logró que se aprobara la reestructuración del ente preautonómico (se dijo, curiosamente, que «para ahorrar dinero») no se han vuelto a celebrar reuniones ni de la Junta ni del pleno. Según fuentes solventes, fueron los propios miembros de UCD los que frenaron estas reuniones, por entender que antes tenía que reunirse la ejecutiva regional centrista, que preside Salvador Sánchez Terán, para fijar de forma definitiva la capitalidad de la región. No obstante, este organismo tampoco se ha reunido, y no parece probable que lo haga antes del II Congreso Nacional de UCD. Todo ello ha llevado a José Manuel García Verdugo a señalar que «no podemos seguir así;. yo me debo al partido y al Consejo General de Castilla y León, pero si la ejecutiva regional no se reúne ni se fija la capitalidad, algo habrá que hacer para poner esto en marcha, porque en febrero vamos a empezar a negociar y a recibir las primeras transferencias».Mientras tanto, nada se sabe del proyecto de Estatuto de Autonomía, que ya tenía que haber redactado y hecho público UCD. Tampoco se ha cumplido el calendario de reuniones fijado por socialistas y centristas, pese a la presíón de los primeros.

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