La Escuela de Canto
Es triste y desalentador que los jóvenes cantantes de ópera, después de un trabajo preparatorio duro e intensivo, tengan una oposición absurda, fruto de intereses ocultos y de una ignorancia que, como tal, es atrevidísima. Esto es, al parecer, la causa de la carta firmada por el señor Cartelle Barcia el pasado 2 de noviembre.No debemos quedarnos en hechos y opiniones superfluas que conducen a errores, y afirmo categóricamente que es cierto que en Torino (Italia) fui, junto al italiano Mario Trombetta, primer clasificado para el conde Robinson de la ópera El matrimonio secreto. Los seis personajes de dicha ópera tienen igual importancia estilística y vocalmente; se trata, por tanto, de seis protagonistas, como consta en las bases del concurso. No se trata ni de papeles secundarios ni de segundos premios, se trata de la lucha constante de enriquecer el espíritu y la cultura a través del arte.
Todos los profesionales de la música saben de la necesidad de una compañía de ópera en la cual los cantantes en particular y los músicos en general tengan su oportunidad, su trabajo y no tener que marchar fuera de España para realizar su labor artística.
El premio consistió igual para todos los primeros clasificados, esto es, dos millones de liras, un mínimo de ocho representaciones en la temporada 1980-1981 del teatro Regio, así como un diploma y medalla acreditativa. Para más datos, nací el 28 de mayo de 1954, en Madrid, y mi registro vocal es de bajo.
Estoy orgulloso de mi juventud y del trabajo conseguido, esperando llevar por mucho tiempo el nombre de mi escuela en España. El camino es largo y difícil, pero ni la tristeza ni el desaliento que la referida carta me han producido me apartarán del camino./
