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El primado de Polonia se entrevistó anoche con el Papa

Juan Arias

El cardenal Wyszynski, primado de Polonia, llegó ayer a Roma a bordo de un Iliushin 62 de la compañía Lot. Le acompañaba un gran número de peregrinos. Oficialmente, Wyszynski viene para asistir el domingo a la canonización de Orione y para descansar quince días en Fiugi, localidad célebre por sus aguas termales para el riñón. Pero todos los observadores han visto en esta llegada a Roma del primado polaco en este momento un significado especial.Aunque no se alojara en el Vaticano, no cabe duda que pasará horas enteras con el Papa para informarle detalladamente de los últimos acontecimientos de su país y, sobre todo, de su importante encuentro de estos días con Kania, el nuevo secretario del Partido Obrero Unificado. Al parecer, se ha tratado de un encuentro muy cordial, ya que el comunicado oficial habla de que la conversación del líder religioso y del líder polaco se han referido exclusivamente al «bien común» en una prospectiva en la cual «la cooperación constructiva de la Iglesia con el Estado sirve a los intereses de la nación y por eso será justamente buscada».

Diversos contactos entre las dos personalidades eclesiásticas

El cardenal, que ya anoche cenó con el Papa, llega en vísperas de la conclusión del sínodo, horas antes de que Juan Pablo II prepare su discurso final, y nadie excluye que el valiente y severo cardenal quiera dar algún consejo a su antiguo «hijo espiritual». Es significativo que en los días pasados el Papa escribió una carta al cardenal, probablemente en respuesta a una suya en la que le tranquilizaba diciéndole que «la Iglesia no corre detrás de las modas del mundo y que permanece siempre fiel a sí misma». Y, por fin, existe el rumor muy fundado de que el Papa esté pensando en una sustitución de Wyszinyski como primado teniendo en cuenta su avanzada edad, 79 años y su salud, muy resentida. Precisamente en estos días, no se sabe si casualmente o ex profeso, están presentes en Roma ocho obispos polacos, de los cuales tres son cardenales. Por eso se habla de un minisínodo de la Iglesia. polaca y podría ser una buena ocasión para plantear el problema de la sucesión dificilísima al intrépido y anciano cardenal. Si Wojtyla no hubiese sido elegido Papa, habría sido él el sucesor indiscutido de Wyszynski. Ahora toca al Papa nombrar al nuevo primado. El momento es de lo más delicado y la elección de Juan Pablo II será muy significativa, ya que Wyszynski no ha sido un hombre condescendiente con el régimen, pero tampoco ha sido hombre de rupturas; hasta el punto de que en los difíciles momentos de la huelga su llamada a los obreros para que volvieran al trabajo gustó más al régimen polaco que a los obreros, que le desobedecieron.

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