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Jaume Llopis, primera oposición seria a José Luis Núñez en el Barcelona

«Núñez no cree ni en su gente; ve "ariñistas" y comunistas por todas partes». Esta es la visión que Jaume Llopis, erigido en cabeza visible de la oposición a la actual junta del Barcelona, tiene del presidente Núñez.

Llopis, por su aspecto, bien podría ser un pagés de L'Empordá, pero es economista y especialista en marketing por la Universidad norteamericana de Georgia; tiene 38 años y preside el consejo de administración de una importante empresa de electrodomésticos. Ha sido jugador profesional de fútbol en diversos equipos, entre los que destaca el Elche, y dice las mismas cosas que otros futuribles de ahora y de siempre, aunque afirma que la diferencia está en la capacidad de llevar a la práctica lo que se promete. Llopis está dispuesto a llegar a la presidencia del Barcelona y demostrar lo que dice.En la reacción que ha suscitado en la Ciudad Condal el espectacular salto a la opinión pública de esta oposición formal a la gestión de Núñez se acusa a Llopis de oportunista por aparecer justo en el momento en que al Barcelona todo le sale mal. Jaume Llopis se defiende argumentando que él sólo es el resultado público de la contestación a una actuación poco acertada de los actuales mandatarios azulgranas, y que los veinte hombres que hay agrupados a su alrededor están trabajando desde hace tiempo y que lo seguirán haciendo pase lo que pase en los próximos domingos y mientras sigan teniendo el apoyo que les han brindado unos 2.000 seguidores barcelonistas: «Estamos en contra de una filosofía de actuación, no sólo de unos resultados adversos».

Jaume Llopis nació en Hospitalet, muy cerca del Nou Camp, y empezó a moverse pronto en el mundo del deporte, llegando a jugar profesionalmente en el Sans, Elche, Hospitalet, Mataró y, finalmente, en el Andorra, donde colgó las botas. Empezó entonces a dedicarse a la actividad mercantil, trabajando en la Caja de Ahorros de les Valis d'Andorra, posteriormente en una casa de productos alimenticios y después, en 1974, en la actual empresa, donde, desde el principio, la dirección general en París ya sabía de sus inclinaciones hacia el fútbol y no puso reparos al respecto. Como directivo empezó precisamente con Núñez, y fue durante un año delegado del fútbol base del Barcelona, al que llegó de la mano de Nicolau Casaus. Sin embargo, al no encontrar, por parte de Núñez, eco a su trabajo, se separó de la junta y pasó a la oposición.

En los últimos meses se ha movido en círculos barcelonistas tenidos como antinuñistas y ha entablado o ha reverdecido su relación con personajes tan conocidos como Raimon Carrasco, Agustí Montal, Ferrán Ariño, Joan Granados, Víctor Sagi, Joan Casals, Albert Parera, Jaume Rosell y hasta con Armand Caravent (artífice del fichaje de Cruyff), con quien ha de entrevistarse en las próximas horas. Sin embargo, Llopis afirma que ninguno de éstos está en su grupo y sólo los tiene como amigos que ven con buenos ojos su opción.

Llopis no piensa en provocar una asamblea extraordinaria que pueda conducir a unas elecciones anticipadas, aunque se manifiesta decidido a asumir esa responsabilidad si la situación lo requiere. Por el momento, sólo pretende dar al socio la sensación de respaldo en el caso de un desgaste acelerado de la junta Núñez; es decir, cubrir hueco para que no pueda plantearse un vacío de poder.

Llopis insiste, como todos, en los lugares comunes de cantera, fútbol base, Fichajes foráneos sólo de calidad indiscutible, etcétera. A nivel de gerencia, su idea es colocar a un ejecutivo de reconocida valía, aunque sea a precio de delantero goleador, y que el Barcelona pueda andar por el mundo representado en un hombre tipo Saporta o Calderón. El se encargaría de llevar a la práctica sus ideas con garantías de éxito y sin quemar la imagen del presidente, que debe quedar a semejanza de las monarquías constitucionales como la nuestra: «El Rey reina, pero no gobierna».

Tras su aparición en un popular programa radiofónico barcelonés, el teléfono de su empresa circuló por la ciudad como una especie de «teléfono de la esperanza», donde los culés contaban sus penas. Sin embargo, Llopis puntualiza que no trata en absoluto de hacer promoción de su empresa: «De ese teléfono porque me salió el primero, pero ya estamos montando una oficina, a cuyo frente estará el periodista del Avui Xavier Valls, quien además es relaciones públicas de mi empresa y de otras de prestigio»,

Tras su aparición en un afirma Llopis que Núñez es tan catalán como él, aunque «Núñez no ejerce»; que el Barcelona debe seguir siendo representativo de Cataluña, pero apolítico, y que sus relaciones con el Madrid y los otros grandes clubes españoles deben ser de total entendimiento para defender mejor los intereses comunes. Otra cosa es que los jugadores en el campo deben competir hasta las últimas fuerzas. «lgual que los de otra empresa del ramo y nosotros que nos entendemos a la perfección, pero nuestros vendedores y los suyos están en pugna permanente».

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