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La oposición acusa al presidente Suárez de dar un giro a la derecha

El presidente del Gobierno ha empleado veintidós días para efectuar una remodelación de su Gabinete, que se soluciona con el cambio de seis ministros, la salida de los representantes del ala liberal de UCD y la de los miembros anteriores de tendencia socialdemócrata. Los líderes de la oposición de izquierda manifestaron que la crisis se había solucionado con los mismos métodos que empleaba Franco y acusan al presidente de dar un giro a la derecha. Los nuevos ministros son dos democristianos (José Luis Alvarez y Juan Antonio Ortega), un hombre de procedencia socialdemócrata y de confianza de Fernando Abril (Luis Gámir), el hasta ahora gobernador civil de Madrid (Juan José Rosón) y dos personalidades de calificación indefinida dentro de Unión de Centro Democrático (Martín Retortillo e Ignacio Bayón).

Lo que en principio iba a limitarse a la sustitución de Antonio Fontán en el Ministerio de Administración Territorial, con la creación de una nueva vicepresidencia que agruparía numerosas competencias políticas, con José Pedro Pérez Llorca como responsable, ha desembocado en el relevo de varios ministros, sin cambios especiales en el esquema del Gobierno, excepto la disgregación de las competencias atribuidas al Ministerio de la Presidencia, repartidas ahora entre tres ministros.En este ministerio estuvo la principal causa del retraso en cerrar la lista. Pérez-Llorca, cuyas diferencias personales con Rafael Arias-Salgado, nuevo ministro de la Presidencia, son suficientemente conocidas, optó por no aceptar una vicepresidencia donde Arias Salgado sería su subordinado. Después, los más cercanos colaboradores de Pérez-Llorca, hasta ahora encargado de la Presidencia, se mostraron contrarios al nuevo titular. La solución del conflicto ha sido desgajar del departamento el Desarrollo Constitucional, que queda a cargo de Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona, y la Administración Pública, de la que se encarga a Sebastián Martín-Retortillo, ambos con rango de ministros adjuntos.

Pérez-Llorca no aceptó la vicepresidencia que se le ofrecía -además de por las razones ya conocidas- por la oposición de las familias de UCD, argumentando que no quería ser obstáculo para la participación de éstas en el Gobierno. Junto a esta operación, la negativa de Fernández Ordóñez, a entrar en el Gobierno frustró, a su vez, el deseo de Suárez de incluir en su seno a los «barones» hasta entonces alejados del poder, es decir, Rodolfo Martín Villa y Pío Cabanillas, además de Fernández Ordóñez, en un intento de hacer cerrar filas a unas corrientes de UCD que ahora aparecen enfrentadas entre sí.

El vicepresidente Abril comentó anoche a EL PAÍS que «Pérez-Llorca ha dado una lección de honestidad a algunas personas que se autodenominan progresistas, al haber asumido una de las responsabilidades más ingratas y difíciles del Gabinete». Abril continúa en el nuevo Gobierno como principal puntal del presidente Suárez, una vez fracasado el intento -apoyado por los sectores socialdemócratas de sustituirle al frente de la dirección de la economía.

Por último, cabe señalar que el general Sáenz de Santamaría, inspector de la Policía Nacional, declinó ocupar la cartera de Interior, a la que finalmente ha accedido el gobernador civil de Madrid, Juan José Rosón. Por otra parte, el enfrentamiento con Abril de los ministros socialdemócratas -García Díez (Comercio) y Bustelo (Industria)- ha desembocado en su sustitución por Luis Gámir e Ignacio Bayón, respectivamente.

El resultado de la remodelaclón ha sido acogido con durísimas críticas de la oposición de izquierda, cuyos máximos líderes -Felipe González y Santiago Carrillo manifestaron ayer a EL PAÍS que el reajuste se había realizado del mismo modo que se cambiaban los ministros de Franco. Asimismo, el PSOE hizo pública anoche una nota de su secretaría de prensa donde, en duros términos, se afirma que el nuevo Gabinete es continuación del anterior, con la introducción de personas del sector más reaccionario de UCD, y se acusa a Suárez de ser incapaz de poner fin a las disputas dentro de su propio grupo.

Páginas 11 a 14

Editorial en página 8

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