_
_
_
_
_

Diálogo de sordos entre Gromiko y Giscard d'Estaing sobre Afganistán

El ministro soviético de Exteriores, Andrei Gromiko, terminó ayer sus entrevistas oficiales con los dirigentes galos, y no se excluía que esta mañana ofreciera una rueda de prensa antes de regresar a Moscú. El asunto afgano, tema central de las conversaciones, confirmó que franceses y soviéticos mantienen posturas diametralmente opuestas. Los problemas de la cooperación y la seguridad en Europa, incluido el desarme, fueron abordados anoche en la reunión de Gromiko y su colega francés, Poncet.

Más información
Ataque de rebeldes afganos a una base aérea soviética

Gromiko dialogó ayer durante tres horas y media con el presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, es decir, durante hora y media mano a mano, y después a lo largo de un almuerzo que reunió de nuevo a los dos hombres. Este amplio diálogo, añadido al que mantuvo Gromiko con su homólogo francés, Jean François Poncet, sirvieron únicamente para que ambas partes explicaran su postura sobre el problema creado por la invasión soviética de Afganistán, sin que ninguna de ellas cediera ante la otra.

La conversación fue «franca, grave y profunda», declaró la parte francesa. Para el señor Gromiko, el diálogo fue «constructivo y útil». En claro, este lenguaje diplomático quiere decir, según fuentes oficiales consultadas ayer, que los dirigentes galos le recordaron a Gromiko que «contrariamente al carácter temporal y limitado que ustedes le confieren a su intervención en Afganistán, nuestros informes dicen que la URSS se ha instalado en dicho país para largo tiempo y que actualmente 100.000 hombres se encuentran allí». Gromiko, al abandonar el palacio del Elíseo, se manifestó vagamente y afirmó que «la URSS desea firmemente la continuación de la distensión y quiere también que se superen las dificultades internacionales que han surgido. Pero sabido es que no todo depende de nosotros».

A pesar del resultado nulo de este primer diálogo (tras la Invasión de Afganistán) de la URSS con un país occidental, las autoridades francesas estiman que el contacto es útil y, entre otras cosas, «servirá para que los soviéticos no se hagan ilusiones sobre la actitud francesa», que, en efecto, la prensa de Moscú presenta como muy moderada respecto a la de los demás aliados occidentales. Por esa «utilidad» del diálogo, Francia piensa continuar desarrollando normalmente sus relaciones bilaterales con la URSS. Esta cuestión de los intercambios económicos fue abordada anoche entre los dos ministros de Exteriores, paralelamente a la de la Conferencia de Madrid sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa. La reunión madrileña está afectada por la situación de crisis internacional creada por el asunto afgano y, en consecuencia, ningún elemento nuevo es previsible al final de estas conversaciones.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_