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Falleció Jesse Owens, el "antílope de ébano"

En la madrugada de ayer, a la edad de 66 años, falleció, en el hospital de la Universidad de Arizona, el cuádruple campeón olímpico norteamericano Jesse Owens. El atleta, uno de los más grandes de todos los tiempos, fue hospitalizado por primera vez el pasado 12 de diciembre, en Chicago, aquejado de un cáncer de pulmón inoperable; en enero fue sometido a un nuevo tratamiento en Phoenix, antes de ser ingresado de nuevo el 21 último, al declarársele una infección pulmonar que acabó de agravar su cuadro clínico.

El «antílope de ábano», como se le conoció tras su cuádruple triunfo en los Juegos Olímpicos de Berlín, nació en Oakville (Alabama), el 12 de septiembre de 1913. Con el deporte encontró una válvula de escape a la precaria situación de la raza negra en la época, tras superar, incluso, una neumonía que le tuvo al borde de la muerte a los siete años.

A los veintitrés años, en el plazo de una semana, se consagró como atleta -después de haber superado ya varios récords-, al conseguir cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos, utilizados por Hitter como propaganda nazi. Owens ganó el día 3 los 100 metros, en 10-2; el 4, la longitud, con 8,12, récord legendario que se mantuvo largos años como plusmarca; el 5, los 200, en 21-1, y el 9, los relevos 4 x 100, como integrante del equipo norteamericano. Hitler abandonó el palco presidencial -se dice- para no estrechar la mano de un vencedor negro que había humillado a los arios blancos. Después de los Juegos, Jesse Owens abandonó el atletismo amateur y ya nunca tuvo suerte en la vida profesional. Al principio, debió correr en espectáculos circenses contra caballos, y sólo hace unos años encontró un trabajo digno como relaciones públicas.

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