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José María Gonzalez Sinde: "Hemos ido a las fuentes del sainete"

Declaraciones del director de "Viva la clase media"

José María González Sinde, director (debutante) de Viva la clase media, nació en Burgos en 1941. Titulado por la Escuela Oficial de Cinematografía («hoy día algo así como una facultad de sombras chinescas», añade él) en la modalidad de producción en 1967, ha producido más de un centenar largo de cortometrajes. «Yo creo», dice Sinde, «que en eso de haber hecho cortos sólo me ha ganado el No-Do.» Ha producido también varias películas largas: a García Sánchez (El love feroz), a Jorge Grau (Cántico), a Patino (Los verdugos).... y, desde luego, todas las películas de José Luis Garci: Asignatura pendiente, Solos en la madrugada y Las verdes praderas, tres películas de enorme impacto popular y que han producido en taquilla una cifra superior a los cuatrocientos millones de pesetas.

«No sólo han tenido éxito a nivel comercial», asegura Sinde, «sino que a nivel crítico los resultados han sido inmejorables. Asignatura..., por ejemplo, aparte de obtener casi una decena de premios, es un filme del que se han dicho cosas de ponerte la carne de gallina. Y, por ejemplo, en Argentina, este año, han seleccionado Asignatura... y Las verdes praderas, que llevan en cartel más de medio año en Buenos Aires, como las mejores películas extranjeras junto a El árbol de los zuecos y El tambor de hojalata. Lo que pasa es que sólo se habla de nuestros productos como de impactos populares, lo cual, por otra parte, me parece lo mejor. »En Viva la clase media, Sinde y Garci -que han fundado juntos una productora- han cambiado los papeles. Garci produce y Sinde dirige. El guión, como siempre, lo firman los dos. Sobre ese cambio, dice Sinde: «El Garci y yo hemos conseguido una colaboración muy estrecha, tal vez porque somos muy distintos. El caso es que nos complementamos. El es un profesional del guión. Viene de la literatura. Ha publicado algunos libros magníficos, en especial uno sobre Bradbury. Con Dibildos aprendió muy bien el oficio, como él dice. Yo vengo del mundo de la música, del disco de la Escuela de Cine de Montesquinza y de su anexa teórica de Ventaiga, aparte de haberme pasado doce años como productor, y, en fin, también he sido distribuidor. Garci y yo fuimos, antes que nada, amigos. Tuvimos varios años de experiencias prematrimoniales antes de decidimos a vivir juntos, a finales de 1975, cuando empezamos a escribir Asignatura. La ilusión de Garci era ser productor, quería ser un Irving Thalberg del barrio de La Estrella, pero yo le cambié de rumbo hacia la dirección. Tal vez por eso, el muy malvado, cuando ha conseguido tener peso en la industria, se ha vengado y ha cambiado mi rumbo hacia la dirección, produciendo él. »

Viva la clase media espera Sinde que sea una película popular, que entusiasme a la gente. «La he hecho con la mayor sencillez del mundo», explica el nuevo director, «sin pretender demostrar en cada plano que me sé la técnica, que conozco el medio. Yo no he querido inventar nada. He querido contar una historia lo más sinceramente posible y de la manera que mejor le llegara al público. Nuestras películas son para el público. Si hemos tenido comunicación con las personas es porque les hablamos -casi al oído- de problemas reales, de sensaciones conocidas.» Hablando de las posibles influencias que podría encontrarse en su cine, Sinde aclara: «Yo creo haber puesto un pie en la comedia italiana, en el costumbrismo admirable de Monicelli, Scola, y otro en el cine popular norteamericano que nos han suministrado tanto programa doble de chocolate y pan de bola. Todo ello, pasado por esa izquierda sentimental que, como dice un personaje de Viva la clase media, se aburre leyendo a Lenin y a Marx. Gramsci enraizaba su Italia con la ópera, el melodrama; hoy lo haría con las comedias costumbristas del cine italiano; bueno, pues nosotros hemos ido a las fuentes del sainete, de don Ramón de la Cruz, de Arniches. Asignatura..., Las verdes praderas eran sainetes. Viva la clase media lo es en un sentido más puro aún. Hasta he utilizado la música de Chueca.»

El director ha explicado así su película: «Pienso que es un trozo de vida. Es Pietro Germi tomándose unos vinos con John Ford. ¡A ver cómo lo veis! Es algo para reír y llorar, porque al final, dejémonos de historias, la vida se reduce a eso. Me gustaría que mis vecinos, la gente normal, me dijeran que les ha parecido bonita, que les ha emocionado. Porque para que ellos sientan esa emoción, yo he tenido que desnudarme y mostrar mis vergüenzas a ritmo de fox.»

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