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UCD superó la aprobación de la ley de Centros Escolares por once votos

El Estatuto de Centros Escolares fue aprobado ayer en el Congreso, en votación nominal y pública (por llamamiento), por 187 votos a favor y 127 en contra. La superación por UCD de la mayoría absoluta del Congreso -176 votos-, necesaria para la aprobación, estuvo precedida en el Pleno de la Cámara por el enfrentamiento duro y agrio entre los grupos que apoyaron esta ley orgánica (centristas, Minoría Catalana y Coalición Democrática) y los principales oponentes a ella (socialistas y comunistas). La intervención del vicepresidente Fernando Abril para pacificar las disidencias centristas encrespó a los socialistas, en nombre de los cuales intervino Alfonso Guerra, cuyos datos fueron calificados de injuriosos por Miguel Herrero.

Terminado el estudio del proyecto de ley, cuando se presagiaba una controversia reglamentaria sobre la forma de votación (nominal -pedida por los centristas- o secreta -solicitada por los socialistas-), Fernando Abril subió a la tribuna de oradores, de acuerdo con el compromiso adquirido por la mañana con los principales representantes de los sectores socialdemócrata y liberal del partido. El objetivo de esta intervención era ofrecer seguridades sobre la atención futura de las prioridades educativas de la enseñanza pública, en línea con lo pedido por los socialistas y por los sectores citados de UCD y no garantizado por el Estatuto.Fernando Abril aprovechó la intervención para, con tono humorístico y hasta burlón, destacar la coherencia del partido gubernamental desde la investidura del «primer presidente constitucional de este país ».

La intervención de Abril catapultó a Alfonso Guerra hacia la tribuna de oradores, en donde dio la vuelta al discurso que llevaba preparado para la explicación de voto final y replicó al vicepresidente del Gobierno. Su última frase, tras citar a monseñor Guerra Campos y aludir a la coincidencia gubernamental con lo señalado por este obispo en julio de 1978, arrancó un intenso aplauso de la izquierda, al anunciar que, legalmente y «con el concurso del pueblo, aboliremos esta ley».

Tras la intervención de Miguel Herrero por UCD, intervino el comunista Jordi Solé Tura, quien acusó a UCD, y concretamente a Fernando Abril, de haber roto el pacto constitucional.

Miguel Roca negó que la Minoría Catalana fuera coyunturalista o electoralista, y dijo a Alfonso Guerra que la acusación de reaccionario «ni usted se la cree».

Roca aseguró que su grupo está acostumbrado a perder votaciones por pactos entre UCD y el PSOE, y en otro momento replicó que no serán tan reaccionarios cuando los socialistas les han pedido ayuda para atacar en Cataluña a los comunistas.

Páginas 13, 14 y 15

Editorial en página 10

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