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Entrevista:

"La sociedad debe asumir el principio constitucional de la igualdad de sexos"

Carmela García Moreno, recientemente nombrada directora general de la Juventud, Mujer y Promoción Sociocultural, presenta mañana su programa -«no me gusta nada el término»-, centrado en dos ejes principales: una concepción global de la persona en su transición niño-joven viejo, y una intención, según manifiesta, de centrar su atención en el tema de la mujer, aunque ve posibles frenos a su gestión: «Los presupuestos son muy bajos: tenemos para la mujer unos ochenta millones de pesetas; existe una inercia de que cada ministerio actúe como compartimiento estanco, y confío en no tener obstáculos por parte de las organizaciones feministas y femeninas. Lo que quiero es que me aporten cosas concretas y trabajos específicos. » La nueva directora general afirma que «cuento con las dificultades de que el nivel administrativo de mi cargo es bajo, pero formo parte del comité ejecutivo nacional de UCD y soy diputada».

La Dirección General ha sido refundida y engloba actualmente Juventud, Condición Femenina -que ahora, por un simple error mecanográfico, pasa a llamarse Condición de la Mujer- y Estudios e Investigación, y cuenta con dos institutos autónomos: de la Juventud y de Desarrollo Comunitario.«Con respecto a la mujer», dice la nueva directora general, «creo que la tarea debe centrarse en una mentalización sobre su situación actual, un conocimiento de las actitudes reales de las mujeres españolas y un trabajo encaminado a que la sociedad asuma el principio constitucional de la igualdad de sexos, que debe ser tenido en cuenta en el desarrollo legislativo sin paternalismos.»

Un ejemplo de paternalismo, que parece quererse evitar, es, en algunos aspectos, el proyecto de ley de Divorcio remitido por el Gobierno a las Cortes, con el establecimiento, entre otras cosas, de pensiones vitalicias que vinculan a los herederos después de muerto el cónyuge deudor. Carmela García Moreno responde a ello que «la mayoría de las mujeres españolas dependen económicamente del marido, por lo que el tratamiento ha de ser proteccionista en alguna forma, ya que, aunque no sea justo, es la realidad».

Uno de los aspectos que más criticas ha levantado en los sectores conservadores ha sido el que no siguiera adelante la ley de Protección a la Familia, que el Gobierno se había comprometido en remitir a las Cortes junto con la del Divorcio. «No entiendo», explica Carmela García Moreno, «cómo puede echarse en falta una ley de Protección a la Familia, cuando lo único que hemos variado ha sido la forma de concebirla».

«Se ha elegido el camino del desarrollo sectorial de protección a la familia previsto en la Constitución: los aspectos educacionales y formales de la libertad de enseñanza quedan recogidos en el Estatuto de Centros. Se ha hecho una reforma del Código Civil en materia de familia; las ayudas a las viviendas familiares están comprendidas en la ley de Protección Pública a la Vivienda; para la juventud del medio rural está la ley de Explotaciones Agrarias y Protección a Jóvenes Agricultores; están también en marcha las leyes de Objeción de Conciencia y Servicio Civil sustitutorio, del Servicio Militar, de Libertades Públicas y Derecho de Asociación -que incorpora el tema del asociacionismo familiar- y, sobre todo, la ley de la Seguridad Social, que incluye el tema de la ayuda familiar, si bien, de momento, este tema es el más problemático. Si añadimos la legislación de menores, no creo que nadie pueda decir que no se contemplan los temas de protección a la familia y la juventud.»

Para Carmela García-Moreno es necesaria una óptica global en el tratamiento de la familia y el niño, el joven y la mujer. «La refundición de las direcciones generales que engloba el nuevo cargo», dice, «da la posibilidad de incidir en la transformación de los hábitos culturales para que vayan hacia una equiparación total en el caso de la mujer. Se trata de canalizar, desde una postura abierta, en una sociedad de libertades y pluralista, la opinión dirigida a la promoción y revitalización de la persona en la sociedad, de promover el asociacionismo. Los instrumentos con que cuento para ello son la política de subvenciones, los locales y los convenios.»

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«Los convenios que pensamos llevar adelante», señala Carmela García Moreno, «se harán con las escuelas del Estado para realizar actividades extraescolares dirigidas a niños y niñas, sin hacer distingos. Es el mismo tema de las residencias, que quiero que poco a poco sean mixtas y no meros dormitorios, sino focos de cultura. En el tema de los convenios tenemos uno pendiente de firma con la cátedra de Sociología de María Angeles Durán, en la Autónoma, para hacer estudios sobre la mujer, y otro, con la cátedra de Diez Nicolás, en la Complutense, para hacer estudios específicos de algunos sectores, como el paro.

"Es necesario que la mujer sea libre"

La directora general de la Juventud y Promoción Sociocultural afirma que «siempre he tenido muy presente la problemática de la mujer. Hasta ahora, las cuestiones de la familia se trataban como si la promoción de la mujer fuera en contra de la familia, y esto es una óptica equivocada. Es necesario que la mujer sea libre para elegir su papel y encontrar su función en la familia, institución para la que hoy no hay alternativa. Por supuesto, no creo que la salida de la mujer de la casa provoque la crisis o hundimiento de la sociedad normal ».«Muy unido al concepto de desarrollo global de la persona en sus diversas etapas», sigue Carmela García-Moreno, «está el tema de la tercera edad. Creo que desde la dirección general debemos propiciar la preparación a la jubilación de las personas, para que la mujer o el hombre viejo siga siendo útil a la sociedad. Para conseguirlo hay que lograr que la tercera edad no se sienta inútil o sin peso, sino que vea que su participación, con la experiencia que tienen, puede proporcionar beneficios a la sociedad. Además, si esta persona no tiene familia constituida debe conseguirse que la residencia que habite no sea para ella como una antesala para la muerte, sino que siga leyendo, escribiendo o viajando.»

La Dirección General de la Juventud pretende continuar la política esbozada desde la Subdirección General de la Condición Femenina -ahora Condición de la Mujer- en orden a organizar cursos de pedagogía social rural, extender los Centros de Información de la Mujer (CIM) a diez provincias en el presente año, llevar a cabo, en colaboración con el Ministerio de Trabajo, programas especiales para la mujer con responsabilidades familiares y editar un boletín mensual de información sobre la mujer, que dirigirá el periodista Pedro Altares.

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