Reajustes en los bancos
La semana que hoy termina resultó parca en interés a nivel bursátil. Sólo dos corros, el bancario y el de letras de cambio atrajeron la atención de los asistentes.En el primero, se mantuvo durante las dos primeras sesiones la buena racha, sumando sus valores nuevas mejoras. El jueves, tras las ventas realizadas después de hora el día anterior por los más nerviosos o los más prudentes, se generalizaron las repeticiones, mientras las entidades tomaban sólo la mitad de lo que les ofertaban. El viernes, confirmando los pronósticos de los más pesimistas, les fueron puestas a la venta más de 300.000 acciones. Este volumen resultaba a todas luces excesivo, máxime si tenemos en cuenta que la reacción había sido apoyada, fundamentalmente, por las propias entidades y por los operadores a corto, con intenciones de realizar beneficios en el menor tiempo posible. Es, por tanto, lógico pensar que habrán sido estos últimos quienes, para curarse en salud, hayan iniciado las materializaciones de las plusvalías generadas, mientras que los bancos se han limitado a «ayudar» a sus cotizaciones para evitar mayores descalabros. Y también es evidente que en los últimos ocho días los especuladores no han tomado posiciones de tal entidad. Por tanto, y ante el convencimiento de que el viernes sólo iban a ser atendidas parcialmente las ventas, apuntaban los especialistas la posibilidad de que un buen número de las órdenes vendedoras hubiesen sido artificialmente «hinchadas».
Para definir el comportamiento de los demás grupos, habría que volver sobre los viejos tópicos de siempre. Atonía, desinterés e inhibición eran los adjetivos empleados para calificar unas trayectorias planas, donde apenas destacaban algunos comportamientos aislados, que resultaban poco significativos.
Por su parte, el «mercadillo» de letras de cambio parece irse consolidando a diario. No sólo continúa concitando buena parte del interés de los habituales, sino que se ha producido la incorporación de la Banque Nationale de París, se han incrementado sus operaciones hasta superar el jueves los cien millones de pesetas (sólo algo menos de la mitad de lo negociado el mismo día en renta variable) y se anuncia el inicio de las operaciones en la Bolsa barcelonesa. El elemento de interés preferente en este mercado continúa constituyéndolo la pugna entre el Banesto, intentando conseguir el dominar el mercado de letras grandes, vendiendo lo más barato posible, y el resto de las entidades adheridas, que intentan a toda costa rebajar los tipos de descuento practicados. Tipos que oscilaron entre el 12,50%, para los efectos de 500.000 pesetas, hasta el 13,50%, a que el Banesto vendió el jueves trece letras de dos millones y medio, todas emitidas a un año. Por último, comentar que, en la reunión de cierre, se inició la contratación de las cédulas del Banco de Crédito a la Construcción, de la emisión de noviembre de 1979, pagándose al 102 %.
