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Los mineros británicos rechazan una huelga nacional propuesta por la ejecutiva sindical

Los mineros británicos han rechazado, en votación democrática, la recomendación hecha por su ejecutiva sindical nacional de apoyar con acciones industriales sus reivindicaciones salariales y han decidido aceptar la oferta presentada por la patronal. La decisión de los mineros.La participación en la votación fue masiva y alcanzó cerca del 90% del censo. De acuerdo con las normas establecidas por el sindicato, para que una huelga sea declarada oficial es necesario que obtenga un 55% de apoyo. En este caso, el porcentaje alcanzado por los partidarios de la huelga sólo llegó al 48%.

El resultado de la votación supone un triunfo para la línea moderada mantenida por el presidente del sindicato, Joe Gormley, quien siempre se manifestó contrario a la huelga y partidario de aceptar la oferta de la Junta Nacional del Carbón. Gormley advirtió que los mineros rechazarían la huelga.

Pero la posición de Gormley fue derrotada en la ejecutiva por la de los izquierdistas radicales, Mick McGahey y Arthur Scarill, líderes de los mineros de Escocia y Yorkshire, que pretendían un aumento del 65%.

Cuando la Junta Nacional del Carbón rechazó las peticiones del 65%, por considerarlas exorbitantes, la ejecutiva del sindicato convocó a sus afiliados a la votación, con la recomendación expresa de apoyar la huelga. Ante el resultado de la votación, la ejecutiva acudió ayer por la tarde a la Junta del Carbón para firmar el nuevo convenio en las condiciones propuestas por la patronal.

"No a las huelgas salvajes"

Como declaró Gormley, «nuestros mineros quieren trabajar, que la industria prospere, y, evidentemente, no están a favor esta vez de llevar a cabo huelgas salvajes».La decisión de los mineros es de trascendental importancia para la supervivencia del Gobierno conservador de la señora Thatcher durante los meses de invierno. La fuerza de los mineros y su capacidad de arrastre en acciones industriales es de tal magnitud que más de una vez han conseguido con sus huelgas provocar la caída de un Gobierno, como ocurrió en 1974

La tranquilidad laboral en el sector minero durante 1980 garantiza que la paz laboral en el Reino Unido en un sector vital no se verá seriamente amenazada, e indica asimismo la creación de un nuevo clima en las relaciones laborales de este país. La decisión de los mineros hay que juzgarla a la luz de otras decisiones similares registradas en los últimos meses, entre las que cabe destacar la aceptación de forma masiva por la fuerza laboral de British Leyland del plan de supervivencia de la compañía, la aceptación por los obreros de la Ford de las ofertas salariales de la empresa, en contra de las recomendaciones de los dirigentes sindicales, y el despido del enlace sindical más conflictivo del Reino Unido, el metalúrgico Derek, Robinson.

Naturalmente, no es de extrañar que la señora Thatcher se haya mostrado encantada con la decisión de los mineros. No podía esperar un mejor regalo de Navidad. El pueblo británico, dijo, comienza a entender las realidades económicas del país. Los mineros y otros trabajadores se dan cuenta de que unas peticiones salariales irracionales son el camino más seguro hacia la ruina y el desempleo. La señora Thatcher añadió, muy convencida, que «el pueblo entiende mucho mejor mis creencias económicas que las teorías, de los economistas».

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