_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El grupo ITT en España, hoy

Diputado del PSOE por Segovia y Vicepresidente de la Comisión de Hacienda del CongresoSería difícil encontrar en el mundo una empresa con tamaña leyenda y semejante historia como tiene la ITT. Verdades y falsedades, dinero y ruina, poder y miseria y hasta vida y muerte se entrecruzan en su historia. En España no es, ni podía ser, una excepción. En todo ese campo complejo de las comunicaciones y la electrónica existe la presencia amplia y antigua del Grupo ITT. El ejemplo máximo, sin duda: la creación de la Compañía Telefónica. Si no se estudia la actuación de ITT en España no se podrá conocer el origen de las comunicaciones telefónicas en nuestro país.

Con una situación de cuasi monopolio durante años, con unos beneficios importantes que convirtieron a ITT España en uno de los eslabones más brillantes del consorcio ITT Europa, con unos directivos formados al estilo americano, eficaces y admirados en el mundo empresarial, con todo esto, resulta que hoy la palabra crisis recorre los pasillos y los talleres del grupo.

¿Cómo ha sido esto posible?

Las tres piezas básicas del grupo en España son: Standard Eléctrica, SA, Marconi Española, SA. y CITESA. Para darse una idea de la trascendencia del grupo (medido con la vara de medir más decisiva hoy en día), digamos que Standard tiene 18.600 puestos de trabajo; Marconi, 3.200, y CITESA, 3.100. Habrá pocos conglomerados industriales cuyas decisiones puedan tener tamañas consecuencias en el campo laboral. Básicamente, Standard está dedicada a la telefonía; Marconi, a la telefonía y a la electrónica profesional (con especial atención a la defensa), y CITESA fabrica teléfonos. Las tres empresas tienen el oportuno entrecruzamiento de participaciones en sus capitales sociales de forma tal, que todo el poder económico está en la cabeza del grupo ITT España, tanto desde el punto de vista de la legislación de sociedades anónimas como desde el de la estructura y organización. Al frente del grupo, uno de los hombres de mayor prestigio entre el empresariado español: Manuel Márquez Balín. A su alrededor, una serie de ejecutivos que intercambian sus puestos dirigentes de unas a otras empresas del grupo, conservando así una unidad de dirección y criterio.

A este pequeño imperio también le llega la crisis de 1973, pero no es hasta mediados de 1979 que el aviso es serio y sin posibilidades de responder con políticas de avestruz: la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) anuncia una baja en sus inversiones para 1979 y años sucesivos. En vez de los 680.000 teléfonos que se venían instalando anualmente, se pasará a unos 600.000 como máximo. Razones económicas y financieras llevaron a la dirección de la CTNE (siempre en contacto directo con el Gobierno) a esta reducción de actividad.

En el Grupo ITT España suena la alarma y comienzan a adoptarse medidas. Básicamente son cuatro: concentración del máximo riesgo en un solo punto (Marconi); inicio de una política de reducción de costes de personal y reducción de puestos de trabajo; reforzamiento de la política exportadora y -por último- búsqueda de fórmulas financieras para mejorar las posibilidades inversoras de la CTNE.

El esquema no cabe duda de que parece tener coherencia interna desde el punto de vista del beneficio empresarial primitivo. Pero no olvidemos lo que esta coherencia aparente lleva consigo en otros ámbitos. En Standard se amortizarían quinientos puestos de trabajo de instaladores; en Marconi saldrían 350 trabajadores; en todo el Grupo ITT España correría por primera vez el fantasma del paro.

Y decía que desde el punto de vista empresarial «parecía» tener coherencia este plan porque -al menos- en UGT hay dudas razonables.

El Grupo ITT España ha tardado en reaccionar varios años desde que se inicia la crisis. Algunas jubilaciones, cierto aumento de exportaciones, presiones sobre la CTNE han sido algunos de los pasos dados para preparar una adecuada estructura ante una situación crecientemente difícil. La falta de respuesta ágil -y sobre todo eficaz- pone la primera nota negativa en la ejecutoria empresarial de los dirigentes del Grupo ITT España. Ha faltado, en primer lugar, una respuesta agrupada (existe una patronal específica en la que están las empresas de ITT España: ANIEL); ha faltado imaginación para incorporar a tiempo nuevos productos del largo catálogo de ITT Internacional a España; ha faltado capacidad para dialogar con el Gobierno, con la CTNE y con los sindicatos; ha faltado anticipación y planificación. Todo esto hace que hoy uno de los grupos económicos más poderosos de la Tierra esté planteando en España el mismo esquema de alternativas que podría ofrecer un taller metalúrgico de barrio. Y esto, además, concentrando en una sola empresa (Marconi) el máximo de riesgos a corto plazo, haciendo así de sus directivos y trabajadores una especie de «legionarios» del Grupo ITT.

Ante esta situación no valen palabras vanas ni algaradas sin salida; sólo valen soluciones concretas, razonadas y pactadas entre los que tienen algo que decir en el problema: Gobierno, CTNE, Grupo ITT España y centrales sindicales. Un sindicato (la Unión General de Trabajadores) ya ha hecho público este planteamiento a todas las partes interesadas. Algunas de las respuestas son de temer y me gustaría que no se produjesen. Así, el Gobierno podría decir que el tema es de la competencia de la CTNE; la Telefónica puede argumentar que ella «sólo obedece órdenes»; el Grupo ITT puede plantear que cada empresa es independiente y que el grupo no existe... Todos pueden tener excusas aparentes, pero con ello no se hará más que cargar de razón a los trabajadores y descubrir la torpeza de algunos dirigentes de la economía española.

La oferta está hecha; la respuesta la desconocemos. La acción obrera dicen que es negativa para la economía nacional; pero ¿quién provoca al trabajador? ¿Quién lleva a obreros, técnicos y administrativos a un callejón sin salida? ¿Quién juega con una situación agobiante de muchas familias? Sin claridad y transparencia y sin decisión por parte de empresarios y Gobierno, la situación del Grupo ITT España sólo tendrá como víctimas a los trabajadores.

La mano está tendida, señor Márquez Balín; tiene usted la palabra.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_