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Venezuela sólo mantendrá la planta de Pegaso de los tres proyectos españoles.

Sólo uno de los tres grandes proyectos españoles de inversión en Venezuela, concretamente el de las plantas de construcción de camiones Pegaso, seguirá adelante en el inmediato futuro, según ha podido saber EL PAIS en fuentes solventes. Los otros dos referidos a la construcción de un gran astillero en Paraguana y de un ferrocarril entre Ciudad Guayana y San Juan de los Morros -éste con participación canadiense- se encuentran prácticamente desestimados por el Gobierno de Caracas, según las mismas fuentes. Los tres proyectos habían sido concertados durante el mandato del anterior Gobierno de Venezuela, encabezado por

El actual Gobierno venezolano, de tendencia socialcristiana, presidido por Herrera Campins, ha sometido a revisión la práctica totalidad de los programas de desarrollo elaborados por el Gabinete anterior, y en estos momentos ultima su programa económico para los próximos cuatro años. En este planteamiento se inscribe precisamente la reconsideración de los proyectos españoles, confirmada recientemente por el propio presidente venezolano (véase EL PAIS de 21 de agosto), a la vista de una información publicada en varios medios informativos respecto a las intenciones de su Gobierno de cancelar definitivamente la mayor parte de estas inversiones (véase EL PAIS de 18 de agosto).Tras su inesperado triunfo electoral en diciembre del año pasado, el presidente Herrera Campins decretó la revisión de los tres proyectos españoles, junto con otros varios incluidos en los programas de desarrollo venezolano. De ellos, el más avanzado era el suscrito con la empresa española ENASA (grupo INI) para la construcción de camiones

Pegaso con destino a los mercados del área del Pacto Andino, preferentemente. La primera de las plantas proyectadas, situada en la localidad de Cumaná, había sido precisamente inaugurada a mediados de noviembre, por el propio presidente Carlos Andrés Pérez, tras un dilatado período de dificultades, solventadas a partir de las excelentes relaciones bilaterales gestionadas por el rey Juan Carlos, quien incluso visitó Venezuela en uno de sus primeros viajes a Latinoamérica. El acuerdo suscrito contemplaba la construcción de una sociedad mixta -Desiauto- en la que ENASA participa con un 49% del capital social, y la inversión de la primera fase del complejo de Cumaná fue de unos 3.200 millones de pesetas, de los que la firma española aportó poco más de 1.500.

En esta primera fase, sólo un 17% de los componentes de los cinco tipos de camiones montados en la planta eran de origen venezolano, mientras que el resto procedía de las plantas de ENASA en España. El ritmo inicial de

producción fue fijado en mil unidades por año.

Sobre el proyecto inversor español han gravitado, desde su misma gestación, las férreas oposiciones de las multinacionales estadounidenses del sector, especialmente la Mack, con elevados intereses de penetración en el área del Pacto Andino.

Esta empresa desarrolla, desde hace varios meses, una impresionante campaña de imagen en todos los medios informativos en contra de ENASA y las empresas españolas.

Ante la situación heredada, el Gobierno venezolano encargó a un experto neutral la elaboración de un dictamen riguroso sobre los contratos suscritos entre ENASA y el Gobierno venezolano, así como respecto de las obligaciones ya contraídas por ambas partes. Según ha podido saber EL PAIS, el dictamen ha sido plenamente favorable y las autoridades venezolanas se encuentran dispuestas a incluir este proyecto en el contexto de sus perspectivas económicas para los próximos cuatro años. El propio presidente Herrera Campins dio seguridades en tal sentido al jefe del Gobierno español, Adolfo Suárez, durante la entrevista mantenida recientemente en Quito.

La confirmación del proyecto de construcción de los camiones Pegaso en Venezuela es muy importante para ENASA, afectada de una grave cris

is estructural en estos momentos, y con unos niveles de pérdida que pueden alcanzar los 5.500 millones en el presente año. Además de las dificultades de recuperar la inversión que hubiera supuesto la eventual cancelación del proyecto, se hubiera visto agravada la baja de demanda que padece la empresa española, como consecuencia de la interrupción en los suministros que actualmente realiza a la Planta venezolana.

El proyecto de construir un gran astilero en Paraguana, con participación de Astilleros Españoles,

se encuentra todavía en fase de realización técnica, por lo que la inversión ha sido todavía nula por ambas partes. Las autoridades venezolanas han decidido cancelar el proyecto a la vista de las dificultades existentes a nivel mundial en el sector y el exceso de capacidad que presenta globalmente la construcción naval. Los cálculos pesimistas que la mayoría de los expertos formulan respecto a una posible recuperación de la demanda hacia 1985 han desanimado a los responsables venezolanos a persistir en las intenciones del anterior Gabinete.

El último de los proyectos españoles, también descartado definitivamente, es el que se refiere a la construcción de un ferrocarril entre Ciudad Guayana y San Juan de los Morros, adjudicado a un consorcio hispano-canadiense en una licitación internacional. En este consorcio -cuya adjudicación fue vivamente contestada en su día- participaba esencialmente, por parte española, la empresa Ferrovial. Ninguna de las fuentes consultadas en dicha empresa pudo matizar qué volumen de inversión se había ya realizado en equipos, ya que las obras todavía no habían comenzado. Los

motivos de la cancelación estriban en la decisión del nuevo Gobierno de no incluir la mejora de la red ferroviaria entre los objetivos prioritarios para los próximos cuatro años.

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