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Un grupo de integristas impide celebrar misa al arzobispo de Pamplona

El arzobispo de Pamplona, monseñor José María Cirarda, tuvo que salir protegido por efectivos policiales de la iglesia de San Francisco Javier, en la capital navarra, después de que un grupo de fieles, de tendencia integrista, organizaron un alboroto en el interior del templo para protestar por la prohibición de que ha sido objeto el sacerdote José Ignacio Dallo para celebrar la misa de once, los domingos, en aquella parroquia.Como consecuencia del tumulto ocurrido en el interior de la iglesia, hubo varios enfrentarnientos entre fieles de distinta ideología en las puertas de acceso al templo, llegando a producirse agresiones personales.

Los incidentes comenzaron cuando el arzobispo salió de la sacristía de la parroquia para celebrar la misa de once, en la que estaba prevista una explicación por parte de monseñor Cirarda sobre los motivos por los que se había denegado la autorización a José Ignacio Dallo para celebrar la misa dominical de las once de la mañana. En este momento, parte de los asistentes a la misa abandonaron el templo e instaron a todos los feligreses a que hicieran lo mismo. Mientras unos se dirigían hacia las puertas, otras personas expresaban su deseo de que el arzobispo dijera la misa, comenzando entonces las alteraciones.

Parte de los feligreses iniciaron en la iglesia el canto de Letras Marianas, profirieron gritos contra el arzobispo, así como otros en apoyo de José Ignacio Dallo. Estas personas fueron recriminadas por un grupo de feligreses de la parroquia, que esperaban el comienzo de la misa. Sin embargo, y a la vista del alboroto organizado en el interior del templo, y después de que monseñor Cirarda pidiera varias veces por los micrófonos calma y serenidad, la misa fue suspendida por decisión del arzobispo y todos los feligreses abandonaron el templo.

En la calle se registraron enfrentamientos verbales entre fieles de distinta ideología, que acabaron en agresiones personales.

A la vista de los acontecimientos, y mientras un grupo de personas de tendencia integrista repartían un panfleto en el que se criticaba duramente la postura del arzobispo, los sacerdotes de la parroquia de San Francisco se vieron obligados a llamar a la comisaría de policía, ya que monseñor Cirarda no podía abandonar la iglesia. Minutos después se personó el comisario jefe de Pamplona y varios «jeeps» de la Policía Nacional, mientras el arzobispo abandonaba la zona escoltado por efectivos policíales y la parroquia cerraba sus puertas y se suspendían todas las misas previstas.

José Ignacio Dallo no fue autorizado a oficiar la misa de once los domingos, después de que se negara a leer, hace tres semanas, la homilía redactada por el arzobispo de Pamplona para todas las iglesias de Navarra, en la que se hacía referencia a los sucesos ocurridos en Tudela el pasado 3 de junio, en los que falleció una joven ecologista como consecuencia de un disparo efectuado por un miembro de la Guardia Civil.

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