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Empate conformista en el Celta-Madrid

Además del inevitable interés que siempre provoca la visita del Real Madrid (lo que hizo que Balaídos se llenara, pese a un tiempo deplorable, frío, lluvioso y con ventisca), en el encuentro de ayer, ida de los octavos de final de la Copa de España, hubo que destacar casi tanto lo que los técnicos calificaron de anecdotario como el partido en sí. El choque, con algunos momentos de buen fútbol, fue clásico en Copa. El empate, justo, por los méritos de ambos equipos.El anecdotario lo empezó a integrar el tremendo golpe que se dieron Jorge Santomé y Santillana en el minuto 32, al disputar un balón de cabeza. Ambos quedaron conmocionados y el público conmovido, aunque luego no hubiera más consecuencias que su sustitución. Después vino la expulsión de Guerini, en el minuto 81, protestada incluso por el público. Fue consecuencia de dos tarjetas, una por protestar y otra por desplazar el balón. Para terminar, los dos goles fueron conseguidos en sendos errores, por lo que si el juego sólo fue aceptable, el espectáculo tuvo interés. La defensa céltica supo frenar los peligrosos contraataques madridistas, sobre todo en el pri mer tiempo, especialmente por parte de Aguilar, aunque tuviese enfrente al mejor jugador local, Suso Santomé. Pero también la defensa del Madrid estuvo bien con el cierre de Wolff.

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