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El "ayatollah" mantiene en París la confusión sobre su regreso

Confusión total, «o coránica, quizá», añadió un comentarista ayer por la noche, en París, al analizar las últimas peripecias del vuelo santo del ayatollah Jomeini a Teherán. En el mismo momento en que rezaba, como todos los días, a las cinco de la tarde bajo su tienda de campaña-mezquita, en Neauphle Le Chateau, el líder chiita recibió la noticia procedente de Irán, según la cual, el Gobierno Bajtiar le autorizaba a realizar el retorno histórico que esperan millones de fieles en todo el país.La compañía nacional Air France, transportista del ayatollah, anunció que sus vuelos normales se realizarían puesto que el aeropuerto de la capital iraní estaba abierto. Momentos después se creyó que el ayatollah saldría de París escoltado por un nutrido grupo de sus allegados y «defendido» por más de un centenar de periodistas a media noche. Air France aseguró que «todo era posible» No pasó una hora y los portavoces del profeta estimaron que el comienzo de la aventura final sería verosímil a las cinco de esta madrugada.

Ya entrada la noche, en Neauphle Le Chateau, un portavoz alertó a la prensa que «nada es oficial de momento. Mañana a las once les informaremos sobre el plan último relativo a la salida del ayatollah ».

Poco antes de media noche, una fuente autorizada de Air France le declaró a EL PAIS : «Estamos en negociaciones con el ayatollah. Todo es difícil, porque este hombre, en última instancia, parece ser que tiene muchos problemas. Nosotros necesitamos toda clase de garantías. No creemos que salga antes del miércoles por la noche.»

Razones de peso

Una vez cotejadas todas las declaraciones y contradeclaraciones, más los comentarios y sospechas que inspira el patrocinador de la « revolución islámico-republicana», tres razones parece ser que pudieran determinar las dudas del ayatollah: la luz verde del Gobierno Bajtiar le ha molestado, «porque el ayatollah no está a las órdenes de nadie», comentó un iraní; segundo: el jefe chiita desearía llegar a Teherán a la hora del rezo cotidiano y, por ello, desea ajustar debidamente el horario del avión islámico; tercera: quería que todo el pueblo iraní disponga del tiempo necesario para llegar a tiempo al aeropuerto de Teherán a recibirlo. Entre tanto, en París, se ven los acontecimientos de su país como una marcha forzada hacia la guerra civil.

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