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"Intolerable injerencia del Gobierno en el campo sindical"

En los últimos días han arreciado las críticas desde distintos sectores sindicales hacia la política laboral del Gobierno y, muy especialmente, hacia los responsables del Ministerio de Trabajo. Las acusaciones de falta de neutralidad, bastante generalizadas y virulentas por parte de UGT y del PSOE, se reprodujeron ayer en un comunicado bastante duro de la central socialista tras las declaraciones de Gerardo Harguindey, subsecretario de Trabajo, ante los empresarios vallisoletanos.El señor Harguindey afirmó «que hay que pensar en nuevas elecciones sindicales para dentro de un año, porque los niveles de representatividad han cambiado». Más adelante añadió que la inmensa mayoría de los trabajadores aspiran «a un sindicato autónomo de los partidos políticos, porque han visto que muchas veces privan los intereses políticos sobre los sindicales». Posteriormente, tras afirmar que UCD no va a crear ninguna central sindical, puntualizó que para el país no es bueno que existan sólo dos centrales fuertes: CCOO y UGT. Es fundamental -dijo- que surja cuanto antes una tercera fuerza sindical autónoma: USO sólo tiene ahora un 4% del número de delegados. Esta central pide que se celebren elecciones dentro de un año. Si para entonces surge con fuerza esa tercera o cuarta fuerza sindical habrá que ir a elecciones. Finalmente, añadió, «desde el ministerio noto una pérdida importante de afiliación en CCOO y UGT».

"Intolerable injerencia del Gobierno", según UGT

«Las declaraciones del señor Harguindey -ha replicado UGT nada más conocerse las mismas- son una muestra más de intolerable injerencia del Gobierno en el campo sindical, obsesionado en potenciar con todos los medios a su alcance esa tercera fuerza en torno a USO.»«El señor Harguindey -puntualiza UGT- que desmereció las cifras de afiliación de las dos centrales mayoritarias debería ofrecer a los trabajadores los instrumentos legales de negociación colectiva y de acción sindical en la empresa, cuva carencia está obstaculizando seriamente el desarrollo sindical en nuestro país.»

«La política del Gobierno, que lejos de respetar la voluntad democrática de los trabajadores sopesada en las últimas elecciones sindicales pretende cambiar el panorama sindical español, favoreciendo desde el poder a una central sindical constituye un claro atentado a la libertad sindical», continúa el comunicado de UGT.

Según la central socialista, la celebración de elecciones sindicales en una fecha determinada fue posible por el acuerdo UGT-CCOO. En este sentido considera una intromisión intolerable del Gobierno la convocatoria unilateral de unas elecciones sindicales.

«Curiosamente -concluye UGT- las afirmaciones del subsecretario de Trabajo coinciden con la petición de elecciones sindicales para dentro de un año hechas por el secretario general de USO, que, unido al privilegiado tratamiento que tal central recibe por parte de Televisión Española, pone aún más en evidencia los intentos del Gobierno para desarrollar una fuerza sindical que tiene por objeto debilitar el sindicalismo de clase.»

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