Aprobación masiva de la Constitución por el Congreso
El Congreso de los Diputados aprobó masivamente el definitivo proyecto de Constitución, que será sometido a referéndum de los españoles. En la votación no hubo grandes sorpresas. La mayor expectación la concitaron el PNV (que se abstuvo) y AP, que produjo votos para cada opción (ocho afirmativos, cinco negativos y tres abstenciones). Entre las cinco ausencias es registrable la del ex ucedista José Ramón Lasuén. Los discursos de explicación de voto no tuvieron un nivel adecuado al momento histórico, excepto tal vez el de Joan Reventós. Adolfo Suárez deshojó en público su margarita particular: elecciones o investidura.El interés de la sesión plenaria de ayer trascendía del hecho constituvente y se proyectaba hacia la coyuntura política posconstitucional, sobre cuyo devenir nadie arrojó demasiada luz, aunque sí esperanzados propósitos. La alusión del presidente del Gobierno al tema de la disposición transitoria octava, que le concede un plazo de treinta días para optar entre la disolución de las Cámaras o la dimisión y subsiguiente votación de investidura, suscitó comentarios en los pasillos del Congreso sobre cuál será la decisión de Adolfo Suárez. Casi ningún jefe de filas quiso hacer vaticinios, excepto Santiago Carrillo. quien manifestó a EL PAÍS, con las palabras de Suárez recién acabadas de escuchar: «Yo creo que habrá elecciones.»
El Pleno tuvo escasos momentos vibrantes. Tal vez el único instante de tensión fue el producido por Francisco Letamendía -quien ya había expresado su no a la Constitución con un tono seco y duro- al término de la intervención del portavoz peneuvista Xabier Arzallus.
«¡Mal, muy mal!». gritó el diputado de Euskadiko Ezkerra. que pateó o pataleó su escaño, mientras parte del hemiciclo acompañaba con un aplauso el regreso del señor Arzallus al suyo.
Al margen del rudo no del señor Letamendía, casi ninguno de los votos fue expresado con energía, a excepción, quizá, de Dolores Ibárruri (presidenta del PCE). Joan Reventós (portavoz de Socialistas de Cataluña) y Juan de Dios Ramírez Heredia (el diputado gitano de UCD). cuyos respectivos votos afirmativos fueron las únicas réplicas de tono al diputado abertzale.
El Pleno se desarrolló con moderada expectación en las tribunas de prensa y de público -en la de honor se encontraba el presidente de la delegación parlamentaria europea, Hans August Uker, a quien los diputados saludaron con un aplauso- y grandes medidas de seguridad dentro y en los alrededores del palacio de las Cortes.
El presidente de la Cámara, Fernando Álvarez de Miranda, abrió la sesión elogiando el trabajo de la Comisión Mixta Congreso-Senado y estimando que la Constitución debía ser contemplada en la armonía de su conjunto, en el que la falta de brillantez estaba suficientemente compensada por su eficacia y su elaboración por consenso.
A continuación se procedió a la lectura del preámbulo y a la votación nominal de los 345 diputados presentes, y seguidamente los portavoces de los grupos parlamentarios -a excepción del Grupo Mixto, en nombre del cual Emilio Gastón renunció a ello- consumieron un turno de explicación de voto, que fue coronado con la intervención del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, que por primera vez participaba en el debate parlamentario sobre la Constitución.
