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Absuelta una joven norteamericana que se provoco un aborto

Una estudiante de veintidós años de edad, acusada de haberse autoprovocado un aborto cuando se encontraba en un período muy avanzado de gestación, fue declarada esta semana inocente por un jurado del estado norteamericano de Kentucky, que admitió los argumentos de la defensa de «trastorno mental transitorio».Marla Eliane Pitchford, estudiante de psicología, hacia frente a una posible condena de entre diez y veinte años de prisión. Apenas oído el veredicto favorable del jurado, la joven estudiante, que no pudo contener las lágrimas, dijo que estaba convencida de que un tribunal no podía mandar a una mujer a la cárcel «por algo como esto».

El caso de Marla Elaine Pitchford creó una gran expectación en todo el país, porque se trataba prácticamente del primer caso en que una mujer era juzgada en Estados Unidos bajo la acusación de haberse autoefectuado un aborto. El proceso fue posible en virtud de una ley del estado de Kentucky, promulgada en 1974, que permite el aborto provocado por un médico, o por la propia mujer en presencia de un doctor, durante los tres primeros meses del embarazo, pero que considera delito todos los demás casos.

Marla Elaine Pitchford, según los cargos presentados contra ella por las autoridades, se provocó un aborto con una aguja de hacer punto cuando se encontraba entre el quinto y el sexto mes de gestación. Aun reconociendo que la legislación de Kentucky sobre el aborto es confusa, el fiscal del distrito dijo estar en la obligación de procesar a la joven.

Uno de los testigos llamados a declarar durante el juicio fue el antiguo novio de la estudiante, Dwight Mundy, quien negó cualquier responsabilidad en el aborto, pero dijo haber aconsejado a Marla Elaine que visitara una clínica en Nasliville, porque él no quería responsabilizarse del futuro niño. Así lo hizo la joven, pero los médicos lo la admitieron a causa de lo avanzado de su embarazo.

Entonces, y según los argumentos de la defensa aceptados por el jurado, Marla Elaine Pitchford perdió momentáneamente la razón y se autoprovocó el aborto con una aguja de calcetar, poniendo su vida en grave peligro. Fue necesaria atención médica y el obligado informe a la policía y al fiscal, quien decidió acusar a la estudiante según la citada ley sobre el aborto de 1974.

Dos psicólogos y un psiquiatra testificaron también ante el tribunal y coincidieron en señalar que Marla Elaine sufría una enajenación mental transitoria en el momento de autoprovocarse el aborto. «Durante un instante de pánico, la acusada cogió una aguja y la introdujo en su cuerpo», dice la declaración de la defensa. Los argumentos del fiscal en el sentido de que la psicología no es una ciencia exacta y que, por tanto, es imposible determinar con certeza si la acusada perdió o no la razón, no influyeron en el veredicto del jurado, que admitió el eximente de enajenación mental momentánea y se pronunció en sentido favorable a Marla Elaine Pitchford.

Finalizado el juicio, la joven declaró que proseguirá sus estudios, aunque en una Universidad distinta de donde estaba matriculada hasta ahora, y repitió su asombro ante el hecho de que «por algo como esto» se pueda perseguir legalmente a alguien e incluso imponerle una condena de hasta veinte años de cárcel.

En España se ha publicado recientemente un estudio de Eleonor Taboada en el que se explica en profundidad el método Self-Help (Ayúdate a ti misma), preconizado por grupos feministas norteamericanos y que en alguna medida entronca con el suceso que protagonizó la señorita Pitchford. La única diferencia radica en que el método utilizado por la joven norteamericana comporta riesgos mucho mayores que los propuestos por las feministas, en el que el conocimiento clínico supone una salvaguardia del resultado final.

La situación en nuestro país sobre este polémico tema es sobradamente conocida: está duramente penalizado en el Código Penal, a la par que se calcula en 400.000 los casos de abortos que se producen, anualmente, entre mujeres españolas. En el panorama de las fuerzas políticas la división ante el tema surge también con nitidez: Alianza Popular y Unión de Centro Democrático se oponen tajantemente a la posibilidad de la despenalización del aborto. El Partido Socialista Obrero Español y el Partido Comunista son decididos partidarios de su legalización, basándose -entre otras cosas- en el alto número de abortos que se producen entre habitantes de nuestro país, pese a su reconocida ilegalidad. El aborto continúa siendo, pues, uno de los problemas sociales de mayor polémica ciudadana, y que, sin duda, deberá discutirse en el Parlamento.

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