La polémica sobre España y la CEE
JACQUES CHIRAC, alcalde de París y líder del Partido Gauilista (RPR), coincide con el dirigente comunista Georges Marcháis en la imposibilidad actual de que España ingrese en las Comunidades Europeas. Chirac y Marchais justifican su rotunda negativa en la supuesta defensa de los intereses socio-económicos de Francia y más concretamente en favor de la agricultura mediterránea de su país que sufre la competencia en vinos y hortalizas de la producción española.No son nuevas, ni mucho menos, las actitudes de Chirac y Marchais sobre el proceso de integración de España en la Europa comunitaria. Vienen de lejos y se remozan y reavivan siempre que una consulta electoral se cierne sobre el país vecino y siempre, también, que los líderes y ambos partidos encuentran una buena oportunidad para dar jaque al poder establecido, desde la oposición dentro de la mayoría gubernamental que dirige el propio Chirac y desde la oposición natural al poder establecido que frecuenta Marchais.
De ambas críticas, sabidas y no despreciables, por mucho que los optimistas de una y otra ladera de los Pirineos se esfuercen en lo contrarío, la más atractiva, desde el punto de vista informativo, es la que encabeza el alcalde de París, por estar su partido en la mayoría gubernamental y en el Gobierno.
Chirac ha querido recortar así las promesas y los éxitos que el viaje del presidente Giscard d'Estaing a España incluyó en el haber político del Elíseo. Chirac quiere también mantener viva la confianza que los agricultores del midi francés depositan regularmente en el RPR en las consultas electorales. Una confianza que el alcalde gaullista ganó hace años siendo ministro de Agricultura de Pompidou a base de imponer la salvaguardia gala en el Consejo de Ministros Agrícola de los nueve donde dio más de un portazo teatral.
Pero lo cierto es que el presidente Giscard d'Estaing declaró en el palacio de Oriente que él y su Gobierno apoyaban el ingreso de España en el Mercado Común, y más adelante añadiría que, antes de abandonar París, el Gobierno de Francia deliberó sobre el tema y adoptó la decisión positiva que se refiere más al principio político que al calendario del proceso integrador.
Por ello las palabras de Chirac pierden su valor real en cuanto al principio político. Porque de lo contrario los ministros del RPR que comparten el Consejo del Elíseo deberían haber recusado la declaración de Giscard. Las declaraciones de Jacques Chirac sobre la ampliación de la CEE, contradicen por último la actitud conciliadora del responsable de las relaciones exteriores del RPR, Jean de Lipkovski, quien recientemente afirmó en Madrid su optimismo en las posibilidades negociadas del ingreso de España en la CEE.
